Cómo identificar la ictericia en el recién nacido

Es una afección frecuente provocada por un exceso de bilirrubina en sangre. Si bien en la mayoría de los casos no se requiere un tratamiento, si hay otros que necesitan de un tratamiento adecuado. Una especialista despeja todas las dudas. 

El nacimiento de un bebé es el momento más esperado por las familias, pero hay que estar atentos a determinadas señales para evitar complicaciones futuras. Es el caso de la ictericia, una afección frecuente en los neonatos que provoca que la piel y las partes blancas de los ojos (esclerótica) se tornen amarillos a partir de un exceso de bilirrubina en la sangre.

Es importante destacar que, en general, el pronóstico es bueno y el bebé logra recuperarse por completo. En la mayoría de los casos de ictericia neonatal leve o moderada no se requiere tratamiento, sino que la afección desaparece al cabo de una o dos semanas, cuando el bebé es capaz de eliminar el exceso de bilirrubina en sangre por sí solo. En cuadros más complejos y específicos, con los controles y el tratamiento apropiado, se logra eliminar la afección para la semana 12 de vida.

Los diferentes tipos de ictericia son:

La ictericia fisiológica (normal). La mayoría de los recién nacidos presentan esta variante leve debido a la inmadurez de sus hígados. Generalmente, aparece entre el segundo y el cuarto día de vida y desaparece cuando tienen entre una y dos semanas.

La ictericia del prematuro. Los bebés que nacen antes de 37 o 38 semanas no siempre son capaces de alimentarse adecuadamente y sus cuerpos están todavía menos preparados para excretar la bilirrubina eficazmente.

La ictericia asociada a la lactancia materna. En estos casos, la afección puede generarse cuando un bebé amamantado no está ingiriendo suficiente cantidad de leche materna, lo que se denomina «ictericia por no amamantamiento», ya sea por sus dificultades con la lactancia o porque a su madre todavía no le ha subido la leche. También puede ocurrir cuando la alimentación se programa con base en el reloj y no por la demanda espontánea del bebé.

La ictericia asociada a la leche materna. Entre el 1 y el 2% de los bebés amamantados presentan un tipo de ictericia provocada por unas sustancias presentes en la leche materna que pueden hacer que aumente la concentración de bilirrubina en sangre, dado que impiden la excreción de bilirrubina a través de los intestinos. Este tipo de ictericia aparece a partir de los tres a cinco primeros días de vida y suele mejorar lentamente entre la tercera y la duodécima semana.

Incompatibilidad de grupo sanguíneo (problemas de Rh o ABO). Si un bebé tiene un grupo sanguíneo distinto al de su madre, es posible que la madre fabrique anticuerpos que destruyan los glóbulos rojos de su hijo, provocando una acumulación repentina de bilirrubina en la sangre del lactante. La ictericia producida por la incompatibilidad de grupo sanguíneo puede aparecer tan pronto como en el primer día de vida. Antes, los problemas de Rh ocasionaban la forma de ictericia más grave, pero ahora se pueden prevenir inyectando inmunoglobulina Rh a la madre.

La doctora María Cecilia Avancini, Médica Pediatra y Jefa de Pediatría de vittal, detalla cuáles son las señales que hay que tener en cuenta y frente a qué cuadros acudir a un control médico inmediato:

• Cuando el bebé tiene ictericia durante las primeras 24 horas de vida.

• Si la ictericia se está extendiendo, oscureciendo o intensificando.

• Si el bebé tiene una temperatura rectal de más de 37,8º C.

•Cuando el niño recién nacido no se alimenta bien.

• Si los papás perciben que el bebé está más somnoliento que de costumbre.

Además, Avancini resalta que, en ocasiones, es recomendable amamantar al bebé con más frecuencia (hasta 12 veces al día) o darle biberones complementarios de leche artificial para ayudarle a eliminar la bilirrubina a través de las heces.

“También hay casos en los que el médico le puede pedir a la madre que deje de amamantar a su hijo durante cierto tiempo. Cuando eso sucede, la mamá debe continuar extrayéndose la leche mediante una bomba para mantener la producción y poder reanudar la lactancia cuando el bebé haya superado la afección”, agrega.

Finalmente, para los niveles altos de ictericia se puede utilizar la fototerapia, un tratamiento con una lámpara especial que ayuda al cuerpo a eliminar la bilirrubina, y si un bebé presenta una ictericia grave que no responde a las indicaciones habituales, puede ser necesario hacerle una transfusión de sangre.

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