Las piedras o cálculos en la vesícula biliar son depósitos que se forman dentro de la vesícula. Los cálculos biliares varían en tamaño, y pueden no causar síntomas. En otros casos, bloquean el paso de la bilis y provocan inflamación, infección o daño orgánico, que puede resultar grave.
¿De qué están formados los cálculos biliares?
Pueden estar formados por colesterol, relacionados con trastornos metabólicos y que contienen hasta un 50% de colesterol, y pueden observarse también cálculos llamados pigmentarios, conformados por sustancias de sales cálcicas, que pueden ser negros, y se asocian en mayor medida a los pacientes con enfermedades hemolíticas, o marrones, y estos se asocian a situaciones de estasis biliar, es decir lentitud en el flujo biliar, con inflamación e infección.
¿Cuál es la frecuencia de litiasis biliar en los niños?
Si bien es mayor en el grupo de pacientes con factores de riesgo, como enfermedades sanguíneas hemolíticas, la nutrición parenteral en los neonatos, la prematurez, los estrógenos, ciertos fármacos como algunos antibióticos y la obesidad o sobrepeso, la frecuencia de esta patología es mayor en mujeres en la pubertad y llega a una incidencia de 0.15 % hasta 1% en algunas series, pudiendo alcanzar una prevalecía de hasta 4%.
Es interesante hacer hincapié sobre los “factores de riesgo” actuales como la mala alimentación, el sobrepeso y la obesidad que aumentan la predisposición a padecer esta enfermedad.
¿Cuáles son los síntomas?
Podemos encontrar pacientes que no presenten síntoma alguno, y por lo tanto que el diagnóstico sea un hallazgo cuando decidimos estudiar alguna otra sospecha diagnóstica, o podemos encontrar pacientes con el síntoma habitual que es el “cólico biliar”. El dolor abdominal se presenta de tipo no constante, en el lado superior derecho del abdomen. Se mantiene por algunas horas y luego desaparece, pudiendo repetirse y estando relacionado a la ingesta. Puede estar asociado a náuseas o vómitos, y cuando se agregan registros febriles el cuadro puede haberse transformado en una complicación inflamatoria/infecciosa que requiere la internación del niño.
¿Cuáles pueden ser las complicaciones?
Las complicaciones pueden ser de varios tipos:
Colecistitis: consiste en la inflamación e infección la vesícula, requiriendo un tratamiento antibiótico específico endovenoso.
Colestasis y colangitis: se producen por el desplazamiento o pasaje de los cálculos a los conductos biliares principales, seguido de un cuadro de dolor intenso, color amarillento de piel y mucosas, coloración oscura de la orina, deposiciones blanquecinas y fiebre.
Pancreatitis biliar: también consecuencia de la movilización de cálculos a través de la vía biliar, obstruyendo los conductos pancreáticos y ocasionando una inflamación muy grave del páncreas, que se acompaña de dolor abdominal intenso y muy mal estado general del niño.
¿Cómo diagnosticamos los cálculos en la vesícula?
Como toda enfermedad debemos estar atentos a la clínica del paciente. Ante la aparición de los síntomas descriptos previamente debemos sospecharlo y solicitar al pediatra de cabecera una ecografía simple de abdomen.
Este método diagnóstico no genera consecuencias o comorbilidades para el paciente, su uso está universalizado para el estudio inicial de la mayoría de las patologías abdominales y es totalmente inocuo. Es así entonces, que la frecuencia de los pacientes con litiasis asintomáticas ha aumentados en el último tiempo, y es debido al fácil acceso diagnóstico de este método por imágenes.
Cuando debemos estudiar algunas de las complicaciones nombradas, usaremos otro tipo de estudios que complementan la ecografía: laboratorio completo y en algunos casos una colangiopancreatoresonancia (resonancia abdominal)
El mejor tratamiento
En los casos que presentan síntomas o alguna de las complicaciones mencionadas el tratamiento definitivo es un tratamiento quirúrgico, y consiste en la resección o “extracción” en forma segura de la vesícula biliar con sus cálculos, procedimiento que se denomina colecistectomía.
Hace muchos años que este se realiza en forma laparoscópica, es decir en forma videoquirúrgica y ha pasado a ser el método de elección de tratamiento de la mayoría de los equipos quirúrgicos pediátricos tratantes de la patología.
Nuestro equipo desarrolló una técnica innovadora, con más de 10 años de experiencia, llamada Cirugía sin Huellas. Consiste en realizar la cirugía por una sola incisión a través de la cicatriz natural que es el ombligo.
Esta nueva técnica tiene las siguientes ventajas para los niños:
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Excelente resultado cosmético
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Más rápida recuperación y reincorporación a sus actividades cotidianas
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Menor dolor postquirúrgico
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Menor agresión a los músculos y tejidos del cuerpo
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Alta en menos de 24 hs luego del procedimiento
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Menos posibilidad de infecciones o eventraciones
Consejos útiles:
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Educar a nuestros niños para que tengan una dieta sana y equilibrada.
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Incentivar a que realicen algún tipo de actividad física periódica.
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Solicitar una ecografía abdominal a los pediatras antes episodios de dolor abdominal recurrente.
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Si nuestro hijo/a es diagnosticado con cálculos en la vesícula consultar a un cirujano pediátrico acreditado y especializado en cirugía laparoscópica.
*Las doctoras Carolina Millán y Silvana Prodan son cirujanas pediátricas.