Aconsejan ingerir comestibles que refuercen el sistema inmune

Especialistas argentinos aconsejaron incorporar a la dieta alimentos ricos en nutrientes, sobre todo el zinc, para reforzar el sistema inmune y evitar el riesgo de infecciones. El funcionamiento adecuado de las defensas, que incluye barreras mucosas, anticuerpos y glóbulos blancos, puede alterarse por el estrés, la falta de sueño, el contacto con bacterias, el sedentarismo y, fundamentalmente, por los malos hábitos alimenticios.

Daniel De Girolami, integrante de la División Nutrición del Hospital de Clínicas José de San Martín, indicó en un encuentro médico realizado en la Ciudad de Buenos Aires, que «para reforzar las defensas, entre otras medidas, es importante seguir una dieta variada que incluya frutas y verduras, carnes magras de vaca, cerdo, ave e incluso, alimentos lácteos con probióticos y zinc».

El especialista añadió que «también es importante realizar actividad física regularmente, descansar en forma adecuada durante la noche, emplear técnicas para el manejo del estrés, evitar el cigarrillo y moderar el consumo de alcohol».

 «La falta de consumo de comestibles ricos en nutrientes, sobre todo en zinc, aumenta el riesgo de infecciones y predispone a enfermedades», enfatizó De Girolami. En igual sentido, Tomás Herrero, jefe de la Sección Alergia e Inmunología del Hospital Juan A. Fernández, precisó que «se estima que un cuarto de la población mundial está en riesgo de sufrir deficiencias de zinc y generalmente, por una ingesta inadecuada de alimentos».

El zinc que está presente en los nutrientes es esencial para generar glóbulos blancos y anticuerpos en la cantidad y la calidad necesaria. Herrero especificó que «trabajando con herramientas naturales como alimentos funcionales -que son los que fueron enriquecidos con vitaminas y minerales- se logra en el tiempo que la persona se enferme menos».

Pero insistió en que «el zinc se encuentra en una variedad de alimentos que pueden tenerse en cuenta y sus mayores concentraciones se dan los de origen animal, particularmente en

carne vacuna, porcina, aves, pescados y mariscos y, en menor medida en huevos y lácteos». Destacó además que su contenido es relativamente alto en nueces, semillas, legumbres y cereales sin refinar y bajo en tubérculos, cereales refinados, frutas y verduras.

Como en ocasiones la ingesta de esos alimentos es insuficiente, los médicos consideran apropiada la incorporación de nutrientes a través de productos como lácteos con probióticos que también contienen zinc. De Girolami indicó que los requerimientos diarios sugeridos son 5 miligramos (mg) para los bebés menores de un año; 10 mg para chicos de entre uno y diez años; 12 mg para mujeres mayores de 11 años; 15 mg para hombres mayores de 11 años y embarazadas, y entre16 y 19 mg para mujeres en lactancia.

«Según la capacidad de absorción de cada persona, esos requerimientos podrían alcanzarse -ejemplificó- con la ingesta diaria de 200 milímetros de leche, 80 gramos de queso fresco y 250 gramos de pollo» y también sugirió la opción de un menú que incluya «250 gramos de carne, 100 gramos de queso fresco y un huevo o media taza de germen de trigo tostado y 250 gramos de pescado, o con una porción diaria de cereal para desayuno fortificado, 200 miligramos de leche y 250 gramos de carne de ave».

El especialista insistió en la necesidad de agregar a esas dietas «alimentos ricos en probióticos, que son microorganismos vivos que, cuando son suministrados en cantidades adecuadas. promueven beneficios en la salud del organismo y ayudan a la flora intestinal.

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