Afirman que no se pudo comprobar compromiso de la salud por la actividad minera a cielo abierto

La Fundación de Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI) presentó un estudio realizado en Andagalá, Catamarca y otros departamentos, donde no se hallaron las enfermedades típicas del oficio. Para arrojar las conclusiones se elaboró un riguroso trabajo de campo.

La Fundación Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI), presentó un Informe sobre el impacto de la minería a cielo abierto que no pudo comprobar un deterioro en la salud de los habitantes de varios departamentos de la zona oeste de la provincia que pudieran atribuirse a esta actividad. Los estudios fueron realizados en Andalgalá y otros departamentos del oeste de Catamarca, que es donde se concentra la actividad minera a cielo abierto en la provincia.

 

Desde hace más de cinco años, FUNCEI está trabajando en Catamarca a través del programa CEDECEM (Centro de Consulta y Educación Médica) brindando educación médica a distancia y servicios de segunda opinión en cuatro hospitales de la provincia. A partir de esta relación y de todos los comentarios y cuestionamientos que comienzan a aparecer en torno a la actividad minera en la provincia, “quisimos hacer un diagnóstico de situación en salud para ver cuáles de estos comentarios eran mitos y cuáles verdades” comentó el Dr. Diego Fridman, Director del departamento de Investigacionnes de FUNCEI .

 

Con el objetivo de estudiar posibles consecuencias de la minería a cielo abierto sobre la salud, a fines de 2009, el equipo de expertos de la fundación que preside el Dr. Daniel Stamboulian, inició su propia investigación, un riguroso trabajo de campo que incluyó un estudio de la calidad del agua y la situación de salud de las localidades del área de influencia de la mina, sumado al análisis de las estadísticas nacionales y provinciales (Registro de Tumores Malignos).

 

El trabajo de campo

 

En la primera etapa tuvo lugar la visita a las instalaciones de Minera Alumbrera, donde se realizó la inspección de la planta para ver su funcionamiento, los insumos y los procesos que utilizan. “Tomamos muestras de agua, más allá de que esto ya está bien estudiado, pero queríamos tener datos propios como un reaseguro de la calidad de la información” relató el Dr. Fridman y agregó “después recorrimos toda el área de influencia de Minera Alumbrera, en las localidades de Andalgalá, Belén, Hualfín y Santa María”. Allí, el equipo, entrevistó a los pobladores y recorrió los hospitales, donde también se indagó a todos sus directores. Después continuaron su camino hasta Tucumán, que es donde se encuentra la planta de filtros de agua de Minera Alumbrera. En aquel lugar es donde se trata el contenido del mineraloducto que viene de unos 300 km atrás y se separa el contenido sólido mineral del agua que sirve como vehículo. Ahí fueron evaluados los procesos de tratamiento del agua hasta su disposición final en un canal que se llama DP2. “Hicimos una evaluación y vimos que la calidad del tratamiento, en base al laboratorio de control que tienen, era el adecuado” afirmó el especialista de FUNCEI.

 

Más allá de esta inspección ocular y la conversación con la gente de la minera y con los empleados que trabajan en el lugar, la inspección de la planta de filtro y la primera recorrida por los distritos aledaños a la mina, el equipo de investigación coordinado por los Doctores Miguel Borruel y Diego Fridman, se planteó dos estrategias para evaluar la situación de salud en esta zona.

 

El diagnóstico de situación en salud

 

La primera estrategia para determinar el contexto sanitario, fue una tarea de investigación de campo en un distrito llamado Amanao, que es el primer poblado en proximidad a la mina. Allí sus habitantes, además de tener una planta purificadora que los abastece, consumen agua de las márgenes del Río Vis Vis que comienza, geográficamente, antes del emprendimiento minero y atraviesa la mina, su dique de cola y el asentamiento.

 

Amanao tiene una población adulta de 60 personas mayores de 15 años, que fue el objetivo de la evaluación. Entre todas ellas suman más de 1700 años de residencia y, según explica el Dr. Fridman, “esto quiere decir que, en promedio, cada uno estuvo viviendo allí unos 30 años». Teniendo en cuenta que la actividad minera lleva en la zona unos 12 años aproximadamente, hubo tiempo suficiente para que se manifiesten muchas enfermedades atribuibles al rubro como son las silicosis y otras afecciones pulmonares. No obstante, el experto sostuvo que no se encontraron afecciones vinculadas a la contaminación del ambiente, pero sí hallaron presencia de males endémicos como Chagas Mazza, brucelosis e hidatidósis.

 

Para ello se realizó un examen clínico muy completo al grupo objetivo, que incluyó estudios complementarios como espirometría (para evaluar la función pulmonar), oximetría (para medir el oxígeno en la sangre), estudios de agudeza visual y auditiva, odontograma y serología para chagas como parte de un diagnóstico de situación en salud. “Como se trata de una zona endémica, es importante evaluar esta afección, porque si en un electrocardiograma aparece alguna alteración en el funcionamiento cardíaco, no podemos dejar de evaluar el Chagas porque, de lo contrario, detectaríamos problemas cardíacos sin causa. Es información básica; de insumo básico”, aseguró el Dr. Fridman.

 

La otra estrategia se trató de un abordaje estadístico, sobre todo para los tumores y causas de defunción en Catamarca, basado en el registro de tumores pediátricos que existe en el Hospital Eva Perón (hospital pediátrico de referencia de la provincia) y el registro de tumores oncológicos de adultos que lleva adelante la Dra. Noemí Villagra de la Dirección de Epidemiología de la provincia de Catamarca.

 

Para esta etapa, se analizó el registro y procesó la información, dividiendo a la provincia en tres regiones: una región oeste, una central y una región este. Esta es la forma tradicional en que se agrupan las localidades de Catamarca.

 

En la región oeste, donde se ubica el sector minero (la zona más próxima a la Cordillera de los Andes), el análisis de los registros determinó que, en el caso pediátrico, se mantiene dentro de los promedios esperables y no se observa ninguna alteración dentro de lo que se llama Registro Oncopediátrico Hospitalario Argentino (ROHA) que lleva el registro de todas las provincias y prevé, para Catamarca unos 15 tumores pediátricos por año. En relación al registro de adultos lo que se observó es que, en la región central de la provincia (la zona con mayor densidad de población), hay una mayor incidencia de cáncer de mama y próstata que el promedio nacional.

 

Respecto a todos los otros tumores, en ninguno de los casos se dio predominio de la región oeste.

Según señala el Dr. Fridman, este estudio de situación en salud “traza una línea de base, con información obtenida en terreno y que surge a partir del análisis estadístico, para que se conozcan cuáles son las enfermedades prevalentes y cómo se encuentra la provincia”. Su finalidad es la de instaurar un sistema de vigilancia epidemiológico de la salud que permita detectar cualquier alteración o irregularidad de estos patrones a lo largo del tiempo. Conocer esta información va a ser extremadamente útil para poder tomar cualquier medida adecuada para controlar eventuales riesgos y seguir monitoreando posibles cambios en la zona de influencia de la actividad minera.

 

Conclusiones

 

Luego de la investigación, que se desarrolló en un plazo de nueve meses, el Dr. Fridman indicó que  “por los datos que hoy tenemos, y con todo lo que hemos hecho, no encontramos evidencia de contaminación ambiental que perturbe la salud.

 

El patrón de enfermedades que afecta al oeste de la provincia, en lo que tiene que ver con lo oncológico, no muestra ninguna alerta. En toda el área de influencia de la mina Bajo Alumbrera, las enfermedades prevalentes son endémicas (propias de la región) tales como el mal de Chagas Mazza, brucelosis, hidatidosis. También se registraron, como en el resto del país, problemas de hipertensión arterial. “Hay un gran desconocimiento sobre los factores de riesgo cardiovasculares, sobre el efecto de consumir mucha sal en las comidas” afirma Fridman y agrega además que “no hay un control adecuado de la natalidad”. Todas estas, son cuestiones mejorables que no difieren de la problemática habitual de las zonas rurales.

 

Ahora que este informe está en manos del Gobierno provincial, se espera la elaboración de normativas para mejorar estos aspectos. Lo mismo para mejorar el cuidado preventivo de cáncer de mama y de próstata. “A ellos les resulta muy útil esta información y nosotros vamos a seguir colaborando, en la medida que consideren necesario” declara el especialista de FUNCEI. Para ello, el pasado 12 de abril de 2010, entre la provincia y la fundación, se firmó un convenio formal de colaboración en salud para prevención, tratamiento e investigación de todos los problemas de salud que puedan afectar a la población. Dentro de ese marco es que tuvo lugar este trabajo de investigación en salud respecto de la actividad minera. Pero además de esto, FUNCEI está trabajando en la nueva Maternidad para colaborar en la gestión de la misma y que se pueda dar una transición adecuada entre la vieja y la nueva maternidad así como en programas de vacunación.

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