La enfermedad de Alzheimer podría convertirse en 2050 en una “epidemia global”, debido a la longevidad y crecimiento exponencial de la población, con especial aumento en países en vías de desarrollo. Así lo indica la Alzheimer’s Disease International, en el día mundial de esta dolencia, que se conmemora cada 21 de septiembre.
Se trata de una patología cerebral progresiva que se caracteriza por una degeneración de las células nerviosas del cerebro y una disminución de la masa cerebral. Sus manifestaciones son la pérdida de memoria, la desorientación temporal y espacial y el deterioro intelectual y personal. En la mayoría de las personas afectadas los síntomas aparecen por primera vez después de los 60 años de edad.
La Organización Mundial de la Salud identifica a la enfermedad de Alzheimer como el tipo más común de demencia. En el mundo hay 46,8 millones de personas que sufren este tipo de patologías cerebrales y se espera que para el 2050 el número ascienda a 131.5 millones, lo que significa que la cantidad de enfermos se duplicará cada 20 años. La frecuencia es tal que actualmente cada tres segundos una persona en el mundo la desarrolla.
En la Argentina se estima que la cantidad de personas con la enfermedad de Alzheimer es de 500 mil.
Factores de riesgo
• Edad. A más años, mayor es el peligro. Se calcula una prevalencia del 2% a los 60 años y 40% a los 80 años.
•Antecedentes familiares. El riesgo aumenta conforme más miembros de la familia tienen la enfermedad. Aquellas personas con un padre o hermano con la enfermedad tienen dos o tres veces más posibilidades de desarrollarla.
• Otros factores. Genética, consumo de alcohol excesivo, lesiones de cabeza serias y factores de riesgo de enfermedades del corazón como alta presión, diabetes, fumar y exceso de peso.
Según la Asociación para el Alzheimer, cuanto más temprano sea el diagnóstico, mejor se puede organizar la persona y su familia para obtener los mejores beneficios de los tratamientos existentes, que alivian síntomas y ayudan a retrasar el avance de la enfermedad, tener más tiempo para planear el futuro en materia cuidado, vivienda, transporte, y aspectos legales.
Pérdida de memoria, una señal de alerta
Su merma se asocia a esta demencia. La Asociación para el Alzheimer definió las siguientes señales de alarma para identificar los primeros síntomas:
• Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana. Consisten en olvidar información recién aprendida, fechas o eventos importantes. Pedir lo mismo repetidamente y depender de sistemas de ayuda para la memoria como notitas, dispositivos electrónicos, o ayuda de terceros para hacer cosas que antes hacía por sí mismo.
• Dificultad para planificar o resolver problemas. Algunas personas experimentan cambios en su habilidad para desarrollar y seguir un plan o trabajar con números. Pueden tener dificultad para seguir una receta de cocina, manejar las cuentas mensuales o bien problemas para concentrarse.
• Dificultad para desempeñar tareas habituales en la casa, en el trabajo o en el tiempo libre. Entre ellas pueden estar llegar a un lugar conocido, administrar un presupuesto en el trabajo, recordar las reglas de un juego o tareas sencillas como usar el televisor o el microondas.
• Desorientación en tiempo o lugar. Olvidar fechas, estaciones y el paso del tiempo. Es posible que algunos se olviden dónde están y cómo llegaron allí.
• Dificultad para comprender imágenes visuales y cómo objetos se relaciones uno al otro en el ambiente. Tener dificultad para leer, juzgar distancias, y determinar color o contraste, lo cual puede causar problemas para conducir un vehículo.
• Nuevos problemas con el uso de palabras en el habla o en la escritura. Tener dificultades para seguir o participar de una conversación. Pueden interrumpir una charla sin idea de cómo seguir o que repitan mucho lo que dicen. Suelen luchar por encontrar las palabras correctas para llamar a determinados objetos por su nombre.
• Colocación de artículos fuera de lugar y la falta de habilidad para retrasar sus pasos. Frecuentemente colocar cosas fuera de lugar. Se les pueden perder cosas sin poder volver sobre sus pasos para encontrarlas. A veces suelen acusar a los demás de robarles.
• Disminución o falta del buen juicio. Por ejemplo, es posible que regalen grandes cantidades de dinero a las personas que venden productos y servicios por teléfono. Puede ser también que presten menos atención al aseo personal.
• Pérdida de iniciativa para tomar parte en el trabajo o en las actividades sociales. Empezar a perder las ganas para ejercer pasatiempos, actividades sociales, proyectos en el trabajo o deportes. Es posible que tengan dificultad para entender los hechos recientes de su equipo favorito o en cómo ejercer sus pasatiempos preferido. También pueden evitar formar parte en actividades sociales a causa de los cambios que han experimentado.
• Cambios en el humor o la personalidad. Las personas pueden llegar a estar confundidas, sospechosas, deprimidas, temerosas o ansiosas. Se pueden enojar fácilmente en casa, en el trabajo, con amigos o en lugares donde están fuera de su ambiente.