Aumentar impuestos a cigarrillos sería clave contra el tabaquismo

Científicos señalan que duplicar los precios de venta permitiría reducir al tercio el número de fumadores hacia 2025 y evitar 200 millones de muertes durante el resto del siglo. Así, resultaría ser la estrategia más efectiva para alcanzar el objetivo planteado por la OMS.

Duplicar el costo de los cigarrillos a nivel mundial permitiría reducir al tercio el número de fumadores hacia 2025 y evitar 200 millones de muertes durante el resto del siglo. Esta es una de las conclusiones que surgen de un análisis de los científicos Prabhat Jha y Richard Peto que acaba de publicarse en la revista New England Journal of Medicine. Según indican en la revisión, en los países de bajos y medianos ingresos esta estrategia podría alcanzarse si se triplicaran los impuestos sobre consumos específicos.

«Incrementar el impuesto al tabaco es la intervención más efectiva para reducir las tasas de tabaquismo y disuadir a futuros fumadores”, aseguró en un comunicado de prensa Jah, director del Centro de Investigación en Salud Global del Hospital Saint Michael de Toronto. Y agregó que la medida tendría particular efectividad en los países de bajos y medianos ingresos, donde los cigarrillos más económicos son relativamente asequibles y donde el hábito de fumar continúa en aumento. Además, afirmó que la táctica también sería exitosa en los países desarrollados y destacó que, entre 1990 y 2005, Francia logró reducir a la mitad el consumo al incrementar de manera significativa los tributos por sobre la inflación.

Según señala el mismo comunicado, en la mayoría de los países con altos ingresos cerca del 50 o 60% del precio de venta minorista de un paquete de cigarrillos corresponde al impuesto sobre consumos específicos, mientras que esta proporción varía del 35 al 40% en la mayor parte de los países con medianos o bajos ingresos. Para los autores del análisis, el precio es un determinante clave del inicio y del cese del tabaquismo, y los grandes incrementos impositivos pueden tener un efecto rápido y sustancial.

Los autores mencionan que otra revisión de más de 100 estudios econométricos realizada por la Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer confirma la relación entre los impuestos al tabaco y la reducción del consumo. Este análisis concluyó que un 50% de aumento en los precios ajustados genera una disminución del 20% en países de altos, medianos y bajos ingresos. De ahí que duplicarlos permitiría alcanzar una baja cercana al tercio. Las mayores cargas impositivas tienen especial efectividad en los grupos sociales con menores recursos o educación, y ayudan a evitar que aquellos que experimentan con el cigarrillo se vuelvan fumadores regulares.

En la actualidad, cerca del 50% de los hombres jóvenes y del 10% de las mujeres jóvenes se inician en el tabaquismo y son relativamente pocos los que dejan el hábito. Sobre la base de este patrón global, las muertes anuales atribuibles al consumo crecerán de cinco millones en 2010 a más de 10 millones en las próximas décadas. Así, el tabaco matará unos mil millones de personas durante este siglo, 10 veces más que en el anterior. En su mayoría, estos decesos tendrán lugar en los países en vías de desarrollo y cerca de la mitad de ellos afectará a menores de 70 años.

Ante este panorama, en 2013 la Asamblea Mundial de la Salud, el órgano responsable de definir las políticas de la OMS, llamó a los Gobiernos a reducir al tercio la prevalencia del tabaquismo hacia 2025, un objetivo que señalan sería difícil de cumplir sin grandes aumentos de precios. Estos constituyen entonces un componente clave de cualquier estrategia realista.

“Los gobiernos necesitan encontrar con urgencia vías para evitar que las personas se inicien en el consumo de tabaco y para que los fumadores lo dejen. Este estudio demuestra que los impuestos son una importante palanca de cambio”, argumentó Peto. Asimismo, el profesor de la Universidad de Oxford puntualizó que todos los gobiernos pueden incrementar los gravámenes de manera regular por encima de la inflación y recurrir a mayores subas ocasionales a implementarse con el siguiente presupuesto.

Como complemento, otras estrategias no basadas en los precios –como la prohibición total de la promoción y publicidad del tabaco, el uso de envoltorios lisos o imágenes de advertencia, las leyes antitabaco y el apoyo a la deshabituación– pueden ayudar a reducir el consumo al tiempo que cosechan apoyo al incremento impositivo.

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