La enfermedad meningocócica es devastadora. En general, uno de cada diez enfermos fallece aún cuando reciba un tratamiento adecuado, mientras que uno de cada cinco sobrevivientes queda con secuelas severas tales como daño cerebral, sordera, retraso madurativo o dificultades de aprendizaje. Según dos investigaciones publicadas este año en The Lancet y en The Journal of the American Medical Association (JAMA), la nueva vacuna 4CMenB contra el meningococo B probó su eficacia para cuidar a las dos poblaciones más vulnerables: lactantes y adolescentes. Hasta el presente no contábamos con una vacuna efectiva para el meningococo B -el serogrupo que con mayor frecuencia causa enfermedad en muchas regiones del mundo-, ya que las vacunas de polisacáridos (conjugadas disponibles que protegen contra otros serogrupos A, C, Y y W135) no son útiles contra el tipo B. Los polisacáridos de este último se asemejan a algunos componentes de la membrana de las células neuronales, por lo cual, una inmunización de estas características generaría anticuerpos contra el propio organismo humano.
La nueva vacuna se desarrolló utilizando una tecnología innovadora, llamada vaccinología reversa. A través de este método, es posible decodificar el genoma de la bacteria y luego, seleccionar aquellas proteínas que puedan utilizarse como antígenos vacunales. Contiene cuatro componentes diferentes del meningococo B, por lo cual, ofrece protección ampliada contra varias cepas diferentes de este serogrupo en particular.
Protección para quienes más lo necesitan
Los niños y niñas de menos de 5 años son los más vulnerables, en particular, los que tienen mayor riesgo de enfermar son los menores de 1 año. Esta población fue evaluada en varias investigaciones clínicas internacionales. Por ejemplo, un estudio publicado este año en la revista americana The Journal of the American Medical Association (JAMA), mostró que la vacuna generó una buena respuesta inmunológica en la mayoría de los niños menores de 1 año vacunados: más de 1800 lactantes recibieron 4CMenB sola, o junto con las otras inmunizaciones habituales de la infancia (administradas en diferentes esquemas o intervalos de vacunación). De éstos, entre el 79 y el 99% tuvieron una respuesta inmunológica adecuada. Además, se comprobó que la vacuna no produjo reacciones adversas severas.
Otro grupo de riesgo es el de los adolescentes, el cual también fue evaluado en un estudio de investigadores chilenos. Allí, más de 1600 jóvenes de entre 11 y 17 años de edad recibieron 4CMenB en diferentes esquemas e intervalos. Los resultados, publicados en enero en la revista británica The Lancet, demostraron que el 90% de los adolescentes vacunados quedó protegido con una dosis de la vacuna, mientras se alcanzó el 99% de protección con dos dosis, separadas por un intervalo de 1 a 6 meses. También en este grupo, la vacuna fue bien tolerada.
Síntomas de la enfermedad meningocócica
El cuadro de meningitis meningocócica comienza bruscamente y progresa rápidamente. Se manifiesta con fiebre elevada, intenso dolor de cabeza, rechazo a la luz, rigidez de nuca, vómitos y somnolencia que puede llegar hasta el estado de coma. En los lactantes, la enfermedad es más difícil de diagnosticar, el bebé tiene fiebre, está pálido, decaído y quejoso, con rechazo del alimento, también puede presentar rigidez de cuello, espalda arqueada y en la cabeza la fontanela se presenta tensa o abombada.
Además, cuando la bacteria pasa a la sangre y causa septicemia, aparecen las características manchas en la piel o rash, comienzan como puntos rojos pequeños que no se blanquean al ejercer presión sobre ellos y luego se extienden hasta formar extensos moretones o hematomas.
Estadísticas
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo se producen alrededor de 500 mil casos de enfermedad meningocócica al año, mientras que en Argentina se reportan anualmente entre 200 y 300. La mayoría de estas infecciones son causadas por cinco serogrupos de la bacteria Neisseria meningitidis (A, C, Y, W135 y B), pero la incidencia de cada serogrupo puede variar por país, región y a lo largo del tiempo. De hecho, en los últimos años, en nuestro país predominan los serogrupos B y W135.
Para destacar: esta enfermedad afecta a niños y jóvenes previamente sanos, y tiene una evolución tan precipitada que, en la mayoría de los casos, no se llega a tiempo para tratarlos y evitar un desenlace grave o fatal. Por estos motivos, la prevención a través de la vacunación es la estrategia más efectiva para combatirla. Se espera que las agencias regulatorias de los países dela Unión Europea aprueben la vacuna 4CMen B durante el curso de este año.
Asesoramiento médico: Dra. Cynthia Vartalitis – Médica pediatra FUNCEI