La foresto-industria es una de las actividades de mayor crecimiento en la región y el país. Sin embargo, poco se conoce acerca de los efectos para la salud de los hongos presentes en el aire interior de los aserraderos. Un estudio, desarrollado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), identificó en ese tipo de ambiente varios géneros de estos gérmenes y están examinando su posible relación con patologías comunes en los trabajadores de ese sector.
La contaminación de los espacios interiores por microorganismos y subproductos biológicos presentes en el aire puede causar problemas de naturaleza infecciosa o alérgica. En el caso de los aserraderos, las personas están expuestas por inhalación a diversos agentes alergénicos o inmunotóxicos, que pueden ser derivados químicos de la madera o microbios asociados a la madera que podrían tener riesgo sanitario.
“Las patologías asociadas a la exposición de hongos suspendidos en el aire se relacionan con diversos trastornos respiratorios, bronquitis crónica, irritación de la mucosa, alergias y otras tantas”, explicó la magister Patricia Esquivel, responsable del proyecto junto al doctor Luis Merino y la becaria Rosana Llamazares. El equipo cuenta además con el asesoramiento del doctor Gustavo Giusiano, responsable del Departamento de Micología del Instituto de Medicina Regional de la UNNE.
En la región y en el país no existen estudios al respecto. Por tanto, desde la Cátedra de Microbiología, Parasitología e Inmunología de la Facultad de Medicina se realizaron muestreos de aire en diferentes establecimientos aserraderos en distintas épocas del año. El objetivo fue describir la composición del aire en cuanto a la diversidad y cantidad de microorganismos fúngicos presentes. Hasta el momento, los científicos pudieron identificar la existencia de 16 géneros de hongos “micelares” (aquellos que forman filamentos).
En etapas posteriores, los especialistas realizarán estudios para analizar la relación entre el material de las muestras que se encuentren y las diferentes afecciones informadas por los trabajadores de las madereras. Esquivel reiteró que la calidad del aire es un factor importante para la salud ambiental y esta calidad está relacionada, en parte, por la carga fúngica presente. Influyen además factores tales como velocidad y dirección de los vientos, temperatura, humedad y tipo de vegetación del área.
En el caso de aserraderos, la concentración y composición de la biota fúngica en suspensión, varía de acuerdo al tipo de madera que se procesa y a la tecnología de producción. La contaminación del aire con microorganismos es el resultado de la contaminación previa de la madera con estos patógenos, por ejemplo, durante el almacenamiento o transporte.
Esquivel destacó que la toma de muestras en la región debe hacerse por lo menos en otoño y primavera para monitorear los periodos más y menos lluviosos.
Fuente: Revista SeCyT UNNE