Uno de cada 174 niños nacidos en el país presentan pérdida de la audición. El dato se desprendió de el workshop “Hipoacusias Infantiles”, donde también se habló de temas de prevención. El evento fue organizado por la Asociación Argentina de Otorrinolaringología y Fonoaudiología Pediátrica (AAOFP) en conjunto por la Federación Argentina de Sociedades de Otorrinolaringología (FASO).
Uno de los especialistas más importantes en el workshop, el doctor Leopoldo Cordero, Ex Consultor en Hipoacusias del Hospital de Pediatría J.P Garrahan, presentó estadísticas así como avances en materia de prevención y cura.
“La detección temprana y el tratamiento correspondiente de las hipoacusias infantiles reducen el impacto negativo de esa condición en el desarrollo social, emocional, intelectual y lingüístico del niño afectado”, indicó.
La adquisición del habla en relación al oído es exclusiva del ser humano. Cuanto más se retrasa la estimulación del lenguaje menos eficaz será aprenderlo. Hay determinadas fases del desarrollo en las que el organismo está preparado para recibir y utilizar tipos particulares de estímulos, y que una vez transcurridas estas etapas, pierden gradualmente ese poder.
En el caso de la audición, esto significa que durante ciertas edades las señales acústicas serían recibidas de modo óptimo y utilizadas para importantes actividades prelingüísticas, pero que una vez transcurrida esa fase, la utilización eficaz de esas señales declina.
La recepción precede a la producción del habla. En los estadios prelingüísticos, el bebé escucha solo sonidos pero, éstos permanecen indiferenciados. El niño oyente normal será por lo general capaz de diferenciar los sonidos entre sí desde alrededor de los 3 años.
Actualmente existen pruebas y procedimientos para medir confiablemente la capacidad auditiva en la primera infancia. Cordero indicó que “el reconocimiento de la causa que origina la pérdida auditiva constituye unos de los puntos centrales del diagnostico y tratamiento de las hipoacusias”.
“Audífonos o Implantes Cocleares es la regla habitual en el tratamiento de estas pérdidas auditivas severas o profundas”, indicó. Actualmente si el diagnostico es temprano las posibilidades terapéuticas con estos dispositivos permiten un desarrollo adecuado del lenguaje.
“Clasificadas en genéticas o adquiridas, congénitas peri o pos natales, la etiología de las hipoacusias ha tenido modificaciones evidentes en los últimos años. Con la genética molecular se ha descubierto un enorme campo diagnóstico, pronóstico actual y terapéutico a futuro, también los procesos infecciosos a través de la prevención y vacunación han tenido cambios positivos, especialmente en nuestro medio. El conocimiento de la causa del problema junto con un diagnóstico y habilitación temprana constituyen los pilares de una terapéutica adecuada”, indicó.
A su turno, la doctora Graciela González Franco, Presidente de la Asociación Argentina de Otorrinolaringología y Fonoaudiología Pediátrica (AAOFP) advirtió también que “la detección temprana mediante métodos sencillos, e inocuos, tanto en niños sanos como en aquellos con antecedentes de riesgo y el tratamiento adecuado acorde a su patología, facilitan la rápida inclusión del niño a la sociedad y así evitar un retraso del desarrollo intelectual, emocional, y del lenguaje”.
Cinco preguntas sobre hipoacusia
• ¿La evaluación auditiva puede realizarse desde el nacimiento? Sí, se puede y debe hacerse desde el nacimieno para evitar diagnosticos tardíos con sus graves consecuencias en el desarrollo del lenguaje.
• ¿Cuando los padres sospechan esta pérdida deben esperar el crecimiento del bebe para ver qué pasa en el futuro? No, deben concurrir a realizarle estudios especializados cuanto antes.
• ¿Una vez diagnosticada la hipoacusia, qué se debe hacer? Debe equiparse al paciente con audífonos dependiendo del grado de perdida y la bilateralidad del problema. Además, se debe empezar una estimulación auditiva con un profesional especializado.
• ¿Que pasa si el audífono no alcanza a dar información porque la pérdida auditiva es profunda? Debe después de meses de seguimiento y evaluación, se debe pensar en la posibilidad de colocar un Implante Coclear.
Consejos para correctos diagnósticos y tratamientos
• Realizar estudios auditivos al nacer, especialmente en casos de antecedentes familiares o enfermedades durante el embarazo, parto o posparto ya que las posibilidades de hipoacusia se incrementa.
• La sordera puede aparecer de forma tardía en alugnos casos, por lo tanto si se observan dificultades a cualquier edad deben realizar estudios auditivos específicos.
• En presencia de trastornos en el desarrollo del lenguaje o retrasos en su aparición es imperioso evaluar la capacidad auditiva.
• Es importante verificar que el equipo tratante tenga la experiencia suficiente, tanto médicos como estimuladores.
• Los padres y los docentes son parte esencial de este tratamiento, la perseverancia y el seguimiento son parte del resultado final.