EN EL CONICET |

Crean en el país moscas con Alzheimer

La mosca diseñada por el doctor Castagnino.

El doctor Eduardo Castaño, médico egresado con diploma de honor de la Facultad de Medicina de la UBA, creó un modelo de moscas cuyas neuronas son similares a las humanas con el fin de lograr un mayor entendimiento sobre la enfermedad de Alzheimer, demencia que afecta a 24 millones de personas en todo el mundo. El insecto, de la especie Drosophila recrea con fidelidad las características de la afección.

“Sentía que era necesario responder preguntas básicas de la biología para poder mejorar la detección, la prevención y el tratamiento de diferentes enfermedades”, expresó en una entrevista sobre su último anuncio, publicado en la revista Molecular Neurodegeneration.

Tras realizar investigaciones en Nueva York, EEUU, hoy se desempeña en el Conicet y como jefe del Laboratorio de Amiloidosis y Neurodegeneración del Instituto Leloir, donde intenta examinar los distintos mecanismos que producen la enfermedad de Alzheimer, una patología que afecta a 24 millones de personas en el mundo y unas 500 mil en Argentina.

Según explicó en una entrevista con la agencia Cyta-Instituto Leloir, aunque hay muchas moscas modificadas genéticamente que reproducen algunos aspectos de la enfermedad, este nuevo modelo de insecto tiene rasgos originales y novedosos”.

La mayoría de las moscas generadas anteriormente producían en el cerebro altas cantidades de la proteína tóxica de Alzheimer, ´amiloide beta, pero las nuestras fabrican cantidades bajas (una condición similar a lo que ocurre en humanos sanos). Con este avance esperamos reducir los tiempos de la ciencia básica para la búsqueda de nuevos tratamientos”, agregó.

Según expresò Castaño, todos los humanos tienen la proteína amiloide beta en el cerebro, pero por razones que se desconocen, en algunas personas comienzan a acumularse en forma masiva y se desencadena gradualmente la enfermedad de Alzheimer. Así, se producen lesiones cerebrales que se manifiestan con pérdida de la memoria, del lenguaje y del razonamiento, entre otros síntomas.

“Las moscas descritas en nuestro trabajo servirán para descubrir los factores que pueden empeorar o mejorar la toxicidad neuronal. A partir de ese conocimiento, podremos pensar en nuevas estrategias de prevención y terapéuticas”, indicó el experto.

A su vez, expresó que la mosca Drosophila es útil en el estudio de las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, “ya que su cerebro contiene entre 150 mil y 200 mil neuronas de características similares a las humanas”.

“Su estudio tiene varias ventajas. Ver un proceso biológico relacionado con Alzheimer en el insecto toma un par de semanas, ya que su ciclo de vida es más corto; en cambio, en el ratón demanda unos seis meses. Por otra parte, la manipulación de sus genes es más fácil, rápida y económica”, agregó.

El pròximo paso de la investigación sería identificar en los 15 mil genes de la mosca, aquellos que modulan la toxicidad de la proteína amiloide beta, y buscar si esos genes están alterados en los cerebros de los enfermos con Alzheimer.

Si ese fuese el caso, cada gen identificado podría ser el blanco de potenciales estrategias terapéuticas. Lo que sí es importante destacar es que es muy difícil pasar de la mosca al humano: es posible que una vez identificados estos genes haya que generar otros animales transgénicos, como ratones y ratas, para comenzar los ensayos de potenciales fármacos.

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