Descubren signos de arterioesclerosis en momias de diversos países

Expertos escanearon 137 ejemplares y encontraron signos de calcificación en arterias en 47 de ellos. La investigación descarta que la enfermedad sea exlclusiva de los tiempos modernos, causada por hábitos como fumar o el sedentarismo.

Signos de arterioesclerosis descubiertos en momias originarias de distintos países, algunas de las cuales se remontan a la Antigüedad, indicarían que esta patología estaba ya extendida entre nuestros más lejanos ancestros, según un reciente estudio.

La enfermedad, que se caracteriza por un endurecimiento y acumulación de grasas en las arterias, es responsable de infartos o distintos episodios cerebrovasculares.

La investigación se realizó en 137 momias originarias de cuatro regiones del mundo, 76 egipcias, 51 peruanas, y el resto procedentes del suroeste de Estados Unidos o las islas Aleutianas en Alaska, en algunos casos con ejemplares que se remontaban a más de 4.000 años de antigüedad.

Con la ayuda de escáneres, los investigadores pudieron observar signos de calcificación vascular, es decir, de placas calcificadas donde la arteria había desaparecido.

Esto les llevó a deducir que un tercio de estas momias (47) presentaban indicios «ciertos o probables» de arterioesclerosis y que las de mayor edad eran también las que más frecuentemente sufrían la enfermedad.

Se pensaba que este mal se veía favorecido por hábitos de vida poco saludables como el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo o el estrés, pero igualmente por un exceso de colesterol o de la hipertensión arterial.

Sin embargo, el hecho de que se haya encontrado “niveles similares de arterioesclerosis en personas originarias de culturas diferentes, con un modo de vida y alimentación muy distitna, sugiere que la patología podría estar mucho más extendida en la antigüedad de lo que se pensaba y no ser una enfermedad sólo de los tiempos modernos», explicó el profesor Randall Thompson, del Instituto del Corazón de Kansas City (Misuri, centro de Estados Unidos), principal autor del estudio.

Según él, los resultados de esta investigación llevan a pensar que no conocemos bien los secretos de esta patología que podría «de una cierta manera ser inherente al proceso de envejecimiento».

El estudio fue presentado en la conferencia anual de la American College of Cardiology, reunida este fin de semana en San Francisco. Los trabajos aparecen igualmente publicados en la revista médica británica The Lancet.

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