Pablo Albarracini, el joven Testigo de Jehová que se niega a recibir transfusiones de sangre, fue dado de alta el pasado fin de semana de la clínica Bazterrica de la Ciudad de Buenos Aires, donde estaba internado debido a las heridas de bala que recibió durante un robo.
El abogado de su padre, Ricardo Monastero, confirmó que el joven «fue dado de alta» y que cursa «un postoperatorio de la cirugía» a la que sometido días atrás.
El letrado, en declaraciones periodísticas, explicó que «en 45 días le harán una nueva intervención quirúrgica del cerebro en la que le van a colocar una placa de titanio».
El abogado señaló que debido a «la situación traumática que vivieron decidieron dejar el departamento en el que estaban y se trasladaron al domicilio de un familiar de la esposa».
El caso del joven que, durante un asalto recibió seis balazos, tomó estado público el mes pasado cuando su padre, Jorge Albarracini, pidió a la Corte Suprema de Justicia que autorice que su hijo sea transfundido, medida que fue rechazada por el máximo tribunal.
La Corte priorizó la libertad individual del hombre de 38 años, que por ser del culto Testigo de Jehová firmó en 2008 una declaración ante escribano donde se niega a recibir transfusiones de sangre.
Respecto de esta cuestión, Monastero dijo que no volvieron a consultarle a Pablo sobre la posibilidad de transfundirlo porque cuando él preguntó por qué estaba internado y se le explicaron los motivos «sufrió úlceras sangrantes y lo tuvieron que intervenir urgente».
En este sentido, dijo que pese a las diferencias de la familia del joven y su mujer, que también es testigo de Jehová y por lo tanto rechaza la posibilidad de transfusión, existe «un pacto familiar que consiste en concentrarse en la recuperación de Pablo», dijo el abogado.
En cuanto al estado de salud actual del joven, Monastero explicó que «camina y hay un kinesiólogo que lo asiste» en la rehabilitación y agregó que «recuperó la visión del ojo en el que recibió el disparo, aunque el músculo de ese ojo está afectado».