El estrés laboral también afecta las relaciones interpersonales

El desinterés por el otro también pueden ser una consecuencia del síndrome de “burnout”, que suele expresarse con trastornos de sueño, abuso de sustancias, ausentismo, olvidos y accidentes. Para contrarrestar sus efectos es importante cultivar los afectos, emplear el sentido del humor y realizar una actividad física. Desde lo externo, ayuda el reconocimiento de jefes y colegas.

Una situación es estresante en la medida en que una persona la valora como tal. La forma de procesar dicha situación varía ampliamente según factores personales, culturales, religiosos, o factores inherentes a la organización en la cual se trabaja.

 

El estrés laboral puede expresarse de diversas maneras como por ejemplo agotamiento emocional, fatiga aumentada, angustia o equivalentes somáticos, trastornos del sueño, abuso de alcohol o drogas, evasión de las actividades laborales (ausentismo, rotación de personal), aparición o agravamiento de trastornos psicosomáticos, fallas en la relaciones interpersonales (cinismo, desinterés, despersonalización), tendencia a los olvidos y accidentes, alteraciones en el funcionamiento del equipo de trabajo o en la vida familiar y social. Existen importantes diferencias individuales en el modo con el cual las personas podemos responder a un mismo agente estresor

 

En 1974 Freudenberger describió el «síndrome de burnout» (agotamiento profesional) como un cuadro compuesto de diversos síntomas de cansancio mental y físico producidos por una pesada carga de estrés laboral. En la actualidad la forma más comúnmente utilizada para definir burnout es la de Maslach y Jackson (1981), quienes describieron tres componentes: 1) agotamiento emocional, 2) despersonalización en la relación con las personas y 3) falta de autorrealización profesional. Estos autores desarrollaron el Maslach Burnout Inventory (MBI) como instrumento de medición del burnout. En los años siguientes comenzaron a publicarse algunos estudios donde aparecen críticas acerca del constructo teórico desarrollado por estos autores que repercuten en la consideración del MBI como instrumento de medida adecuado.

 

En Argentina hay una notoria escasez de cuestionarios de salud desarrollados en nuestro medio. Debido a que es incorrecto utilizar simples traducciones del idioma original o adaptaciones y validaciones realizadas en otros países, un grupo de investigadores lleva a cabo un estudio con el objetivo de desarrollar y validar un cuestionario de causas y síntomas de estrés laboral con el propósito de obtener datos fiables que permitan formular estrategias para prevenir y tratar el síndrome de agotamiento profesional en nuestro medio sociocultural. En agosto del 2006, en la Academia Nacional de Medicina, se realizó la V Jornada Nacional de la Sociedad Argentina para la Calidad de la Atención de la Salud donde tuvimos el honor de obtener el 2° premio al mejor trabajo con esta investigación.

 

Enfrentarse al estrés

 

Cualquier profesional o trabajador exhausto física o psicológicamente, aunque cuente con el mejor de los entrenamientos, difícilmente pueda desarrollar de manera adecuada su tarea. Cuanto menos perturbados emocionalmente o menos agotados estemos, es razonable suponer que cometamos menos errores, que nos expongamos a menos accidentes laborales y que seamos más eficaces en nuestro trabajo. Delimitar las responsabilidades, dejando el menor margen posible a ambigüedades, disminuye tensiones en la tarea cotidiana.

 

El soporte social se correlaciona con bajos niveles de burnout, por lo cual cultivar lazos afectivos sólidos, dedicándole el tiempo necesario a la familia, los amigos y otras relaciones sociales, es otro factor que contribuye a  prevenir el desgaste profesional. En definitiva, cultivar lazos afectivos sólidos modula los efectos del estrés.

 

La falta de entrenamiento y la ausencia de sensación de efectividad profesional implican un aumento en el nivel de estrés. Capacitarse puede ser agotador, pero este cansancio tal vez pueda ser comparable al del entrenamiento físico, que suele ir acompañado por sensaciones placenteras, y además prepara al deportista para la competencia.

 

Los profesionales más jóvenes son quienes tienen mayores posibilidades de padecer un síndrome de burnout, lo cual podría deberse a la menor experiencia y madurez profesional. Obtener un sentimiento claro de los propios valores y limitaciones, la capitalización de los logros y la revisión de los fracasos, la definición de objetivos vitales implican tiempo, introspección y reflexión compartida.

 

Las recompensas tienden a neutralizar o amortiguar los efectos de una pesada carga laboral: la gratitud, el reconocimiento profesional por parte de los colegas o superiores, una retribución económica justa, la sensación de bienestar por ser eficaz en el trabajo.

 

Hacer más previsible el futuro disminuye el nivel de estrés. Prepararse para una situación estresante puede ser de ayuda. Es útil prever el momento de acontecimientos importantes y planear estrategias de afrontamiento. Por ejemplo, por este motivo, muchas empresas  preparan gradualmente a quienes van a jubilarse.

 

Las satisfacciones cotidianas, contribuyen a disminuir el estrés. El ejercicio, una alimentación adecuada y técnicas de relajación también pueden ser de ayuda.

 

El empleo del sentido del humor puede resultar de utilidad en algunas ocasiones para aliviar  la opresión del sufrimiento. El chiste y lo cómico tienen un efecto liberador, catártico y placentero, produciendo un resultado protector contra la tensión y la aflicción, ayudando algunas veces a sobrellevar circunstancias inevitablemente adversas. Vale la pena pedir ayuda, cuando no vemos la solución a un problema.

 

 

*Dr. Gustavo G. Kasparas: Médico especialista en Psiquiatría y Psicología Médica; Consultor en Recursos Humanos y Psicología Institucional; Coordinador del Área Psicosocial de Helios Salud; Psiquiatra de FUNCEI.

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