La educación sexual en las escuelas, que es obligatoria desde 2.006, tiene una aplicación dispar, discontinua y lenta en algunas jurisdicciones y nula en otras, a pesar de los esfuerzos de distintos sectores, producto de resistencias y prejuicios que aún perduran, señalaron especialistas, funcionarios y docentes.
Este proceso de enseñanza y aprendizaje de la educación sexual, que no se limita a una materia específica sino que plantea un abordaje transversal e integrado de todas las áreas, requiere como ejes centrales, la capacitación de los docentes y su instrumentación concreta en el aula.
Mirta Marina, coordinadora del Programa Nacional de Educación Sexual Integral de la cartera educativa nacional, creado por la ley 26150 que establece la obligatoriedad de estos contenidos, afirmó que «somos conscientes de que se está trabajando en algunas jurisdicciones y en otras no«.
«Esto tiene que ver -precisó- con muchas cuestiones, la más importante es que es un tema que provoca resistencias y resquemores y hay que ir resolviéndolo, en ese sentido el Ministerio viene realizando cursos de capacitación para docentes y publicación de materiales».
La ley establece que «todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal«.
La funcionaria destacó que «el principal actor es el docente; todo lo que hagan las fundaciones y centros de salud es bueno, pero hay que trabajar en forma continua porque de lo contrario son acciones esporádicas».
Marina hizo referencia a una de las modalidades que existe desde hace muchos años, incluso antes de la ley, de talleres y charlas sobre sexualidad en las aulas dados por especialistas.
Según los mismos talleristas, este aporte, si no se integra al esquema general de trabajo de los docentes, que son quienes pueden darle continuidad, pierde consistencia.
En este sentido, la funcionaria expresó que el relevamiento más reciente que se hizo con docentes secundarios mostró que «si bien un 50% de los consultados no se siente capacitado, el 95% de ellos considera que enseñar educación sexual es su tarea«.
Para la psicóloga educacional, Ana Pérez, del equipo de profesionales de una ONG que participa en los talleres sobre sexualidad en escuelas, «los docentes muestran cierta impotencia porque no tienen conocimiento, no saben qué decir, cómo hablar, están desorientados, pero reconocen sus limitaciones».
Pérez, quien visita escuelas del Conurbano Bonaerense junto con un equipo capacitado por la Fundación Buenos Aires Sida (FBAS), añadió que «los adultos en general no saben cómo responder a las inquietudes de los adolescentes porque ellos tampoco fueron educados en la sexualidad y se formaron como pudieron«.
Por su parte, Andrea Panunzio, maestra de la Escuela 4 del barrio porteño de Montecastro, contó que «se está haciendo algo sobre educación sexual, pero es lento y no es sistemático» y expresó que «desde hace dos años vienen profesionales del Hospital Vélez Sársfield y hacen un taller anual con padres y alumnos». «Después -continuó- las maestras tratan de incluirlo de alguna manera, pero la que se siente incómoda no lo toca, porque es algo en lo que no estamos preparadas».
En el mismo sentido, la maestra Andrea Acosta, de 6to y 7mo grado de la Escuela 7 del barrio de Villa Luro, dijo también que el programa de educación sexual «no está sistematizado, no tuvimos capacitación», aunque aclaró que «nuestro director nos pidió incluir esta temática en la planificación».
En tanto, la psicóloga de FBAS hizo referencia a su experiencia con los estudiantes al destacar que «los chicos muestran mucho interés y lo que se ve es que tienen pocos espacios accesibles para ellos donde preguntar«.
El titular de la Fundación, Alex Freyre, quien viene coordinando hace 15 años estos talleres, y visitan «unas 200 escuelas por año», precisó que «lo que vemos es una evolución en los discursos de los adolescentes y una actitud más reflexiva, menos impulsiva al hablar de su sexualidad».
En tanto, Marta Cerutti, de la Asociación Argentina de Educadores y Educadoras Sexuales, contó que «somos 9 organizaciones especialistas en educación sexual y tenemos un convenio con el Ministerio de Educación porteño para trabajar en las escuelas».
La modalidad de trabajo es «realizar cinco talleres al año con los mismos grupos de alumnos para darle continuidad, para que tenga algún resultado mínimo». No obstante, señaló que «el año pasado fue muy limitado el trabajo y este año aún no hemos comenzado porque no hay directivas».