¿Existen riesgos para la salud por lucir un tatuaje?

Cada vez más personas elijen llevar en su piel estos dibujos permanentes. Pero más allá del método o los materiales, pueden provocar alergias e infecciones difíciles de tratar.

Los tatuajes o tattoos son cada vez más populares. Más allá de sus formas, dimensiones o las razones que los motiven, cada vez más personas eligen escribirse o dibujarse la piel. Se estima que en EEUU el 21%  de los adultos tiene al menos un dibujo permanente. Sin embargo, lucir estos signos dérmicos no está exento de riesgos para la salud ,ya que pueden causar reacciones alérgicas y dejar cicatrices. Incluso el procedimiento se asocia a infecciones por diferentes tipos de patógenos, algunos de ellos de difícil tratamiento. Además de las infecciones por virus que se transmiten por compartir agujas, como las hepatitis B y C y el VIH, pueden provocar infecciones bacterianas.

 

Cuando aparecen manchas rojas en la piel recientemente tatuada es común pensar en una reacción alérgica, pero también es importante sospechar y descartar una infección bacteriana. Las más frecuentes son por Staphylococcus aureus pero también ocurren por microrganismos menos comunes como, por ejemplo, por mycobacteria no-tuberculosis que son difíciles de diagnosticar y que requieren un tratamiento con antibióticos prolongado.

Así, por ejemplo, a comienzos del 2012 llamó la atención un brote de afecciones cutáneas causada por una bacteria atípica, Mycobacterium chelonae, en 19 adultos que habían asistido en los últimos tres meses a un mismo salón de tattoo en el estado de Nueva York. Todos los involucrados presentaban pápulas rojizas (pequeñas ampollas) en las áreas del dibujo pintadas de color gris. Al investigar los casos se pudo determinar que la fuente de contagio era la tinta negra utilizada para hacer los dibujos y se comprobó que los frascos con la materia prima se habían contaminado durante el proceso de fabricación, antes de su distribución, ya que la misma bacteria fue aislada de varios envases cerrados.

Cliente informado

Toda persona que desee tatuarse debería conocer los riesgos asociados a esta práctica y saber que, aunque el dibujo o las letras pueden eventualmente removerse con láser, existen consecuencias estéticas que no son menores. Para aquellos que aún desean marcarse la piel es importante tener en cuenta una serie de medidas para minimizar las posibles complicaciones.

En primer lugar, al elegir al tatuador y verificar que esté formado y que trabaje en un ambiente limpio donde se respete las normas de higiene. El artista deberá usar guantes  y agujas descartables para trabajar, además de materiales esterilizados.

Respecto a la tinta, es necesario verificar que sea de buena calidad y el frasco se abra al momento de realizar la obra para disminuir la posibilidad de contaminación. Algunos colores como el rojo son más tóxicos por las características de los pigmentos. Se recomienda hacer antes una prueba de alergia con la materia prima que se usará.

Antes  y después de tatuarse

El primer paso para cualquier persona, que decida someterse a estas prácticas es tener el esquema de vacunación antitetánica actualizado. Luego de realizarse el dibujo, se debe limpiar la piel con agua y jabón, evitar los baños de inmersión prolongados y no tomar sol en el área tratada durante las primeras semanas.

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