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Huellas del Neardenthal indicen en nuestro ADN

Un estudio halló que ciertas secuencias genéticas pueden condicionar el desarrollo de enfermedades como esquizofrenia o lupus. La herencia alcanza entre el 2 y el 4% de nuestra composición actual.

Las antiguas secuencias genéticas heredadas del hombre de Neanderthal podrían influenciar en la estatura y el desarrollo de enfermedades en el hombre moderno.

Lo demuestra un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, según el cual esa herencia genética compone entre el 2% y el 4% de nuestro actual ADN.

Y no solo: esa presencia no es silenciosa sino que influencia el modo en que nuestros genes se activan o se desactivan. De hecho, podrían ser determinantes para condicionar el desarrollo de esquizofrenia o lupus.

«Si bien transcurrieron 50.000 años desde las últimas cruzas entre los hombres de Neanderthal y los modernos, todavía hoy podemos medir las consecuencias de la expresión de los genes», explicó uno de los autores de la investigación, Joshua Akey.

Estudios preliminares habían hallado correlaciones entre algunos genes heredados de los Neanderthal y algunas secciones relativas a la depresión, el lupus y el metabolismo de las grasas, pero todavía nadie había logrado develar los mecanismos moleculares responsables de esta asociación.

Los genetistas estadounidenses comenzaron a echar algo de luz sobre la cuestión al examinar un enorme banco de datos que contiene información sobre los genes «encendidos» y «apagados» en distintos tejidos del cuerpo de más de 400 personas.

La búsqueda se focalizó en las personas que presentaban en algunos genes, tanto una «versión Neanderthal» como una «versión moderna», una heredada de la madre y la otra del padre: por cada uno de estos genes se comparó la expresión de las dos variantes en 52 tejidos diferentes del organismo.

El resultado arrojó que en el 25% de los casos se registraron diferencias de expresión entre las variantes «modernas» y las «antiguas».

Los genes de Neanderthal resultan poco «encendidos», especialmente a nivel del cerebro y de los testículos, probablemente los tejidos que se desarrollaron más cuando los caminos del hombre moderno y el de aquel primitivo se separaron, hace unos 700.000 años.

En algunas situaciones, las variantes genéticas de los Neanderthal pueden incluso tener implicaciones positivas, como en el caso del gen ADAMTSL3 relacionado con la esquizofrenia: si termina bajo el control del ADN del hombre primitivo se reducen los riesgos de contraer enfermedades y, en cambio, aumenta la estatura.

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