ENFERMEDAD DE TRANSMISIóN SEXUAL |

La importancia del preservativo en la prevención de la uretritis

Se trata de la inflamación de la uretra, el conducto que trasporta la orina desde la vejiga al exterior. Aunque en principio no es grave, si el paciente no se trata puede causar serias consecuencias, incluso facilitar el contagio del VIH y otros males.

De las enfermedades de transmisión sexual, probablemente, la sífilis y el sida son las más conocidas, pero no son las únicas. La uretritis es otra de ellas. Se trata de una inflamación de la uretra, el conducto que transporta la orina desde la vejiga hacia el exterior. Si bien, en principio, no es grave, la afección podría tener serias consecuencias para la salud si la persona no recibe tratamiento. Además, cuando es de tipo infecciosa, facilita el contagio del VIH y de otros males.

 

En general, la inflamación de la uretra se produce por la infección de un virus, como el del herpes simple, o una bacteria, como la Escherichia coli o la que produce gonorrea o clamidia. También puede aparecer a causa de una lesión o por una reacción a sustancias químicas presentes en los espermicidas o en las espumas y geles anticonceptivos.

 

Los grupos de riesgo comprenden las personas con conductas sexuales peligrosas: las que no usan preservativo, las que tienen múltiples parejas sexuales, y aquellas con antecedentes de enfermedades de transmisión sexual.

 

En los hombres la uretritis puede provocar ardor al orinar, picazón o sensibilidad en el área de la ingle o del pene, secreción genital, sangre en la orina o en el semen, necesidad de orinar con frecuencia y dolor durante las relaciones sexuales o en la eyaculación. En las mujeres, además de dolor durante el coito, pueden aparecer dolencia abdominal, flujo vaginal, ardor al orinar y la necesidad de hacerlo con frecuencia.

 

Tratamiento

 

Si la uretritis tuvo su origen en una lesión o en un producto que genera sensibilidad, el tratamiento consistirá en evitar la fuente de irritación o lesión. Cuando es de tipo bacteriana, se administran antibióticos y, tal vez, analgésicos, para calmar el dolor.

 

Una vez que se ha diagnosticado uretritis, resulta fundamental que el paciente informe a su pareja sexual para que ésta también pueda recibir tratamiento. Además, es importante la abstinencia  hasta que termine el tratamiento, a fin de evitar el contagio.

 

Con un terapia oportuna, la uretritis se resuelve sin complicaciones. Si la inflamación no se detecta ni trata a tiempo, podría provocar un daño permanente en la uretra y en otros órganos del aparato genitourinario, como estenosis uretral (estrechamiento de la uretra), cistitis, pielonefritis, prostatitis (hombres), cervicitis (inflamación del cuello uterino) e infertilidad.

 

Ya sea en las relaciones anales, vaginales u orales, el uso de preservativo es la única forma de prevenir las infecciones de transmisión sexual, en especial, cuando no se tiene una pareja estable. Sólo una actitud responsable y constante permitirá evitar el contagio de graves enfermedades.

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