Bajo el lema “Está en tus manos la oportunidad de elegir y salvar una vida”, el Ministerio de Salud de la Nación, junto a la Dirección Nacional Electoral, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, lanzaron una campaña a través de las redes sociales con el objeto de difundir la técnica de la reanimación cardiopulmonar (RCP), una maniobra que permite salvar la vida de una persona en los primeros minutos de padecer un episodio cardiorespiratorio.
Se trata de una técnica que permite mantener la oxigenación de los órganos vitales a través de compresiones torácicas, en aquellas situaciones en que la persona no respire, tenga pérdida brusca de conciencia y no tenga pulso.
Tradicionalmente, la RCP consistía en realizar respiración boca a boca intercalando compresiones torácicas. En la actualidad se centra más en el segundo paso y se reduce al mínimo o elimina el primero con el fin de facilitar la técnica e interrumpir menos la circulación de la sangre.
“El domingo próximo vamos a elegir a los representantes que gobernarán en los próximos cuatro años, pero todos los días también tenemos la posibilidad de elegir ayudar a alguien que esté sufriendo un paro cardíaco y al que con una intervención sencilla podemos salvarle la vida”, sostuvo el viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, quien recordó que en nuestro país el paro cardiorespiratorio es responsable de más del 60% de las muertes de adultos por enfermedad coronaria.
La información sobre los pasos a seguir para actuar frente al caso de que una persona se descompense y necesite atención inmediata, está disponible en www.msal.gov.ar y circula en las redes sociales con la etiqueta #RCP.
Al respecto, el Director Nacional Electoral, Alejandro Tullio, puso de relieve que “las elecciones son un momento de comunicación y atención popular que se debe aprovechar para transmitir mensajes de evidente interés general”.
En Argentina, la Ley Nacional 26.835, de promoción y capacitación en las técnicas de reanimación cardiopulmonar básicas, promueve acciones para la toma de conciencia sobre la relevancia social de difundir y aprender estos procedimientos con carácter voluntario, altruista, desinteresado y solidario con el fin de prevenir muertes evitables en el ámbito extrahospitalario.
La necesidad de difundir esta técnica y multiplicar la cantidad de personas que puedan realizarla está directamente relacionada con el hecho de que las enfermedades cardiovasculares representan la principal causa de muerte en Argentina, explicando en 2011 el 33% del total de las muertes (236 muertes cada 100.000 habitantes), y 13% de los años de vida potencialmente perdidos. En nuestro país, el infarto agudo de miocardio (IAM) produce anualmente 15.272 muertes (2011), de las cuales 5.606 se producen en personas menores de 70 años.
Los pasos de la RCP
Para ayudar a una eventual víctima de un paro cardiorespiratorio se deben llevar a cabo los siguientes pasos, denominados «cadena de vida»:
Paso 1 – Descartar la existencia de algún riesgo evidente al acercarse a la víctima (choque eléctrico, intoxicación por gases, vehículos circulando, violencia, etc.) En el caso de existir, se debe esperar a que actúe personal especializado sobre el peligro.
Paso 2 – Evaluar el estado de conciencia de la víctima. Tomar a la persona de los hombros y con una leve sacudida mirar si respira normalmente y preguntarle en voz alta: ¿Me escucha? ¿Qué le pasa?
Paso 3 – Llamar al número de emergencias médicas local, para pedir una ambulancia o solicitar ayuda a la policía. Averiguar si el lugar cuenta con un desfibrilador externo automático (DEA).
Paso 4 – Comenzar con las maniobras básicas de RCP:
• El destinatario debe estar boca arriba y sobre una superficie dura (piso o tabla) e iniciar de inmediato las maniobras de compresión.
• Para realizar las maniobras de compresión, se debe colocar el talón de una mano y luego la otra mano encima, entrelazando los dedos, en el centro del esternón, entre los pezones. Si se cuenta con el DEA utilizarlo desde este momento.
• Adoptar una postura erguida, los hombros deben estar alineados encima del esternón de la víctima; con las manos aplicar presión cargando el peso del cuerpo sobre los brazos rectos de manera que el esternón baje cinco centímetros.
• Realizar compresiones a un ritmo rápido y sostenido (mínimo de 100 por minuto) hasta que llegue la asistencia médica.