Lanzan plan nacional para uso responsable de antibióticos

Los ministerios de Agricultura y de Salud pusieron en marcha este lunes una Estrategia Nacional para el Control de la Resistencia Antimicrobiana que busca «garantizar un uso responsable» de los antibióticos en humanos y animales, dado que su uso masivo y descontrolado podría aumentar el número de afectados por distintas enfermedades o transformarlas nuevamente en mortales, según advirtió la OMS.
«El problema de la resistencia antimicrobiana, es decir de los antibióticos que no hacen efecto porque las bacterias se hacen resistentes, está creciendo en el mundo”, aseguró el ministro de Salud, Daniel Gollan, tras la firma de la resolución que formalizó la creación del plan.
De hecho, el pasado 26 de mayo Asamblea Mundial de la Salud, el mayor órgano decisorio de política sanitaria de la OMS, adoptó un plan de acción para luchar de forma firme y transversal contra la resistencia antimicrobiana, que incluye el compromiso de las naciones miembros a implementar medidas en sus propios contextos nacionales y a buscar fuentes de financiación adicionales.
«Argentina es uno de los pocos países, junto a Canadá y Estados Unidos, que está articulando políticas de salud humana y salud animal, y esta resolución que hoy firmamos viene a potenciar esto que ya que se venía haciendo», señaló Gollan.
«Tenemos que mejorar la manera en que prescribimos los antibióticos en Argentina, pero también la forma en que se expenden; y a nivel de la cría de animales, no agregar antibióticos innecesarios a los alimentos con los que se nutre a pollos y cerdos, por ejemplo, porque esto trae aparejado que aparezca resistencia antimicrobiana también» en el ganado de consumo y transmitan enfermedades cuando se los ingiere, explicó.
En cuanto a los riesgos que conlleva la creciente resistencia de las bacterias y otros microorganismos a los medicamentos que los combaten, Gollan explicó que «los antibióticos van a servir cada vez menos para curar las enfermedades», por lo que será necesario desarrollar nuevos productos para los que se terminará «pagando fortunas» en relación con los actuales, que «por el largo tiempo que llevan en el mercado son más o menos económicos».
«Por eso hay que hacer un uso muy racional de este arsenal terapéutico que hoy tenemos: si lo seguimos mal utilizando corremos el riesgo de que se vuelva inocuo», agregó.
Por su parte, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Carlos Casamiquela, recordó que «el 60% de los patógenos que afectan a la salud humana son de origen animal», de allí la importancia del correcto empleo de los antibióticos en los animales de consumo.
«Hay una alta vinculación entre la salud y producción animal, entendiéndola como producción de alimentos, y la salud humana, y lo que hemos hecho es empezar a trabajar en una mirada conjunta entre ambos ministerios, de tal forma que a un problema complejo se le dé una respuesta de alta complejidad de aportes», sostuvo.
De la firma de la resolución de puesta en marcha de la Estrategia en la cartera de Agricultura participaron representantes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), así como también, representantes del ámbito académico, médico, veterinario y farmacéutico, entre otros.
El titular de la Sociedad Argentina de Infectología, Gustavo Lopardo, resaltó como muy importante la medida porque «los mejores resultados» en materia de esta lucha «de gran y vital importancia para los infectólogos» se obtienen «cuando parte del Estado la iniciativa de instar a trabajar en conjunto a quienes trabajamos en salud animal y humana».
«Las resistencias tienen impacto en la comunidad, gente a la que le damos un antibiótico y no funciona porque la bacteria generó resistencias, pero mucho más a nivel hospitalario donde aparecen las superbacterias, que son resistentes a todos o casi todos los antibióticos existentes; acá estamos hablando de bacterias, pero también hay parásitos resistentes, virus resistentes y hongos resistes», dijo.
En tanto, el representante en Argentina de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), Luis Osvaldo Barcos, destacó que con esta resolución «además de todos los efectos positivos que tendrá, Argentina asume un liderazgo en este tema. Solamente Estados Unidos y Canadá estaban trabajando en el tema de la resistencia antimicrobiana y la sanidad animal».
La resistencia a los antimicrobianos es la resistencia de un microorganismo -ya sea una bacteria, hongo, parásito o virus- a un medicamento al que originalmente era vulnerable. 
La evolución de las cepas resistentes es un fenómeno natural que ocurre cuando los microorganismos se ven expuestos a fármacos antimicrobianos, pero el uso inapropiado de medicamentos antimicrobianos acelera ese fenómeno natural.

Los ministerios de Agricultura y de Salud pusieron en marcha este lunes una Estrategia Nacional para el Control de la Resistencia Antimicrobiana que busca «garantizar un uso responsable» de los antibióticos en humanos y animales, dado que su uso masivo y descontrolado podría aumentar el número de afectados por distintas enfermedades o transformarlas nuevamente en mortales, según advirtió la OMS.

«El problema de la resistencia antimicrobiana, es decir de los antibióticos que no hacen efecto porque las bacterias se hacen resistentes, está creciendo en el mundo”, aseguró el ministro de Salud, Daniel Gollan, tras la firma de la resolución que formalizó la creación del plan.

De hecho, el pasado 26 de mayo Asamblea Mundial de la Salud, el mayor órgano decisorio de política sanitaria de la OMS, adoptó un plan de acción para luchar de forma firme y transversal contra la resistencia antimicrobiana, que incluye el compromiso de las naciones miembros a implementar medidas en sus propios contextos nacionales y a buscar fuentes de financiación adicionales.

«Argentina es uno de los pocos países, junto a Canadá y Estados Unidos, que está articulando políticas de salud humana y salud animal, y esta resolución que hoy firmamos viene a potenciar esto que ya que se venía haciendo», señaló Gollan.

«Tenemos que mejorar la manera en que prescribimos los antibióticos en Argentina, pero también la forma en que se expenden; y a nivel de la cría de animales, no agregar antibióticos innecesarios a los alimentos con los que se nutre a pollos y cerdos, por ejemplo, porque esto trae aparejado que aparezca resistencia antimicrobiana también» en el ganado de consumo y transmitan enfermedades cuando se los ingiere, explicó.

En cuanto a los riesgos que conlleva la creciente resistencia de las bacterias y otros microorganismos a los medicamentos que los combaten, Gollan explicó que «los antibióticos van a servir cada vez menos para curar las enfermedades», por lo que será necesario desarrollar nuevos productos para los que se terminará «pagando fortunas» en relación con los actuales, que «por el largo tiempo que llevan en el mercado son más o menos económicos».

«Por eso hay que hacer un uso muy racional de este arsenal terapéutico que hoy tenemos: si lo seguimos mal utilizando corremos el riesgo de que se vuelva inocuo», agregó.

Por su parte, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Carlos Casamiquela, recordó que «el 60% de los patógenos que afectan a la salud humana son de origen animal», de allí la importancia del correcto empleo de los antibióticos en los animales de consumo.

«Hay una alta vinculación entre la salud y producción animal, entendiéndola como producción de alimentos, y la salud humana, y lo que hemos hecho es empezar a trabajar en una mirada conjunta entre ambos ministerios, de tal forma que a un problema complejo se le dé una respuesta de alta complejidad de aportes», sostuvo.

De la firma de la resolución de puesta en marcha de la Estrategia en la cartera de Agricultura participaron representantes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), así como también, representantes del ámbito académico, médico, veterinario y farmacéutico, entre otros.

El titular de la Sociedad Argentina de Infectología, Gustavo Lopardo, resaltó como muy importante la medida porque «los mejores resultados» en materia de esta lucha «de gran y vital importancia para los infectólogos» se obtienen «cuando parte del Estado la iniciativa de instar a trabajar en conjunto a quienes trabajamos en salud animal y humana».

«Las resistencias tienen impacto en la comunidad, gente a la que le damos un antibiótico y no funciona porque la bacteria generó resistencias, pero mucho más a nivel hospitalario donde aparecen las superbacterias, que son resistentes a todos o casi todos los antibióticos existentes; acá estamos hablando de bacterias, pero también hay parásitos resistentes, virus resistentes y hongos resistes», dijo.

En tanto, el representante en Argentina de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), Luis Osvaldo Barcos, destacó que con esta resolución «además de todos los efectos positivos que tendrá, Argentina asume un liderazgo en este tema. Solamente Estados Unidos y Canadá estaban trabajando en el tema de la resistencia antimicrobiana y la sanidad animal».

La resistencia a los antimicrobianos es la resistencia de un microorganismo -ya sea una bacteria, hongo, parásito o virus- a un medicamento al que originalmente era vulnerable.

La evolución de las cepas resistentes es un fenómeno natural que ocurre cuando los microorganismos se ven expuestos a fármacos antimicrobianos, pero el uso inapropiado de medicamentos antimicrobianos acelera ese fenómeno natural.

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