DR. PABLO ELMASSIAN - DIVISIóN MEDICINA DEL VIAJERO DE STAMBOULIAN |

Las enfermedades transmisibles en la era de la globalización

El auge del turismo y las preferencias por destinos exóticos expone a los viajeros a enfrentarse a enfermedades no convencionales. Incluso las mismas personas se vuelven los “vectores”. Es importante estar prevenidos, saber cuáles son nuestros riesgos y tomar un curso de acción para prevenirnos.

La industria del turismo y los viajes internacionales son actividades que se encuentran en pleno crecimiento, y según estimaciones de la Organización Mundial de Turismo, para el año 2020 se estima que los arribos internacionales ascenderán 1.6 billones. La particularidad de que las regiones denominadas en vías de desarrollo y las visitas a destinos “exóticos” son las que presentan un mayor índice de crecimiento, expone a los viajeros a la posibilidad de enfrentarse a enfermedades no convencionales.

 

El incremento en los últimos años del denominado turismo aventura, asociado a la visita de destinos naturales y la practica de actividades no convencionales, expone aun más a este grupo de viajeros a  un mayor riesgo de adquirir enfermedades durante el viaje.

 

Además, la reintroducción del sarampión en nuestro país luego de 10 años, a partir de un viajero que lo adquirió durante el mundial de futbol de Sudáfrica, es un claro ejemplo de cómo las personas pueden actuar como “vectores” de enfermedades transmisibles que pueden adquirirse en distintas regiones del mundo, trasladarse en pocas horas a otras regiones libres de la enfermedad, e instalar un nuevo brote, con un alto impacto en la salud publica local.

 

Dentro del grupo de infecciones transmitidas por vía respiratoria que son prevenibles por vacunas, además del sarampión, se destaca la difteria y la meningitis por meningococo. Esta enfermedad, si bien es poco frecuente, puede ser muy devastadora y en pocas horas producir meningitis, sepsis e inclusive la muerte. Existen regiones consideradas hiperendemicas, como el denominado “cinturón de África” que incluye la mayoría de los países de la región subsahariana.

 

La difteria es una bacteria que puede provocar una faringoamigdalitis denominada membranosa, con el riesgo de producir obstrucción de la vía aérea y la muerte. En forma periódica se reportan brotes de esta enfermedad alrededor del mundo,  por una cobertura inadecuada de la vacunación en la población. En América del Sur, particularmente Bolivia, actualmente presenta un brote de esta grave enfermedad.

 

El dengue y la fiebre amarilla son dos claros ejemplos de infecciones transmitidas por mosquitos que pueden ser adquiridas en regiones tropicales.

 

Por este motivo la vacuna de la fiebre amarilla es requerida al ingreso y en forma obligatoria a los viajeros provenientes de áreas endémicas, en muchos países libres de la enfermedad. Esto se debe a que en estas regiones, si bien no hay circulación viral,  existen mosquitos capaces de transmitirlos, en caso de que un viajero ingrese enfermo y sea picado por uno de estos insectos. De esta manera, se puede instalar un brote de una enfermedad en zonas urbanas, con un alto riesgo para la población local.

 

La malaria o paludismo, considerada la enfermedad parasitaria transmitida por mosquitos mas prevalente a nivel mundial, es otro problema al que pueden enfrentarse los viajeros si no se toman las medidas de prevención adecuadas cuando se visitan regiones de riesgo.

 

La poliomielitis es otra  enfermedad que puede adquirirse al visitar regiones endémicas. Recientemente, se ha introducido la enfermedad en Tajikistan (una de las ex republicas soviéticas), llegando el virus hasta Moscú, a partir de un caso importado desde la India. La enfermedad es de fácil contagio, ya que el ingreso del virus es por la vía oral y genera la tan temida parálisis muscular.

 

Como conclusión, es importante destacar la recomendación a todos los viajeros de realizar la consulta previaje, en un centro medico especializado, independientemente del destino que visiten y el tipo de viaje que realicen.

 

Durante la evaluación, se debe orientar al viajero sobre los riesgos de salud a los que se puede exponer de acuerdo al destino y tipo de actividades a desarrollar, con el objetivo de brindarle las recomendaciones preventivas, dentro de las que se incluyen las vacunas, para minimizar el riesgo de adquirir enfermedades que puedan poner en  riesgo su salud y el de la comunidad.

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