La Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó hoy de «grave» la contaminación radioactiva de alimentos en Japón a causa de la fuga de la central nuclear Fukushima. Precisamente advirtieron sobre el riesgo en comestibles como la leche o ciertas verduras, en especial la espinaca.
«Es mucho más serio de lo que todos pensaban en un primer momento, cuando creíamos que este tipo de problema estaba limitado a 20-30 kilómetros (de la central)», dijo Peter Cordingley, el portavoz regional de la OMS en una entrevista telefónica.
El gobierno de Tokio anunció que en cuatro prefecturas cercanas al área de la fuga, dañadas por el sismo y por el tsunami del 11 de marzo que devastó el noreste de Japón, fue ordenado suspender la distribución de leche y de verduras.
El primer ministro japonés, Naoto Kan, aseguró hoy que en la central de Fukushima la situación está «poco a poco mejorando». En el más dañado de los tres reactores, el número 3, todavía se ve humo.
Fukushima fue evacuada por prudencia, pero los niveles de radioactividad en el área «no aumentaron de modo significativo», según la Agencia Japonesa para la Seguridad Nacional.
Hoy se dio a conocer que en un informe del 28 de febrero pasado de la Agencia de Seguridad Nuclear, Tepco, que administra la central, reconoció haber omitido algunas verificaciones en Fukushima.
Por otra parte, el Banco Mundial, en su informe sobre economía de Asia Oriental y del Pacífico, sostuvo que el terremoto y el tsunami lo costaría a la economía japonesa 235 mil millones de dólares (unos 165 mil millones de euros), cercano al 4% del Producto Interno Bruto (PIB).