La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó a todos los países de Latinoamérica y el Caribe el inicio más temprano del tratamiento de las personas que viven con VIH así como también administrar medicación a los menores de cinco años, a las embarazadas y a las lactantes con la infección. También a todas las personas con el virus cuya pareja no esté infectada, independientemente de su cifra de linfocitos CD4.
Funcionarios y expertos difundieron estas recomendaciones durante la apertura de una reunión que se realiza en Buenos Aires para la presentación regional de las nuevas directrices de la OMS en VIH. La estrategia está orientada a para mantener saludables a los pacientes, además de reducir la cantidad de virus en la sangre, lo cual disminuye a su vez el riesgo de transmisión a otras personas.
En las nuevas directrices se alienta a los países a que inicien el tratamiento de los adultos con VIH en una etapa de la enfermedad muy temprana, a partir de una cifra de linfocitos CD4 igual o inferior a 500/mm³, es decir, mientras el sistema inmunitario todavía es fuerte. La recomendación anterior, establecida en 2010, era ofrecer tratamiento cuando dicha cifra fuera igual o inferior a 350/mm³.
El 90% de los países adoptaron la recomendación de 2010, y algunos, como Argentina o Brasil, ya están ofreciendo tratamiento a los pacientes con 500 células/mm³.
Los responsables de los programas de VIH de América Latina participan desde ayer de la reunión, que se desarrollará hasta el próximo miércoles en un hotel porteño. El encuentro está organizado conjuntamente por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), OMS y el Grupo de Cooperación Técnica Horizontal (GCTH) de VIH de la región americana, presidido actualmente por Argentina. La cita cuenta además con el apoyo de los ministerios de Salud de Brasil y Argentina.
“El área de VIH demuestra una capacidad de constituir alianzas importantes, como la que integran los gobiernos con la OPS, ONUSIDA, Unicef y la sociedad civil. Y las guías son una contribución muy importante porque logra una integración desde lo político, programático y clínico. Esperamos que esta fuerza de unión en el sector junto con las nuevas guías nos lleve a una era sin VIH”, subrayó en el acto de apertura el representante de la OPS en Argentina, Pier Paolo Balladelli, quien destacó además que esta reunión fue posible gracias al liderazgo y la contribución de los ministerios de Salud de Argentina y Brasil. Insistió, además, en que un diagnóstico precoz permite alcanzar un impacto en más años de vida y en la prevención de más infecciones.
Para la subsecretaria de Prevención y Control de Riesgos del Ministerio de Salud, Marina Kosakoff, la difusión de las guías resulta de “mucha importancia para lograr las metas de acceso universal a los antirretrovirales”.
“A través de estas guías, además del cuidado y respeto de las personas con VIH, tenemos el beneficio de la prevención cuando iniciamos el tratamiento temprano”, agregó el director de Sida del Ministerio de Salud de Brasil, Fabio Mesquita.
A tono, el director regional de ONUSIDA, César Núñez, señaló que las nuevas directrices “vienen a poner un acento adicional, con un tratamiento que cada vez se afirma más como prevención” y consideró necesario traducir “en los presupuestos, el compromiso político” para acabar con la epidemia.
De acuerdo con las investigaciones de la OMS, las nuevas recomendaciones podrían evitar 3 millones más de muertes y 3,5 millones más de nuevas infecciones por el VIH de aquí a 2025 en el mundo.
“Aún hoy la mitad de las personas que viven con VIH no conocen su diagnóstico. Y tenemos grandes desafíos para sostener el tratamiento de las personas con el virus. Por eso es importante que nos abran las puertas a la sociedad civil ya que somos actores claves para una respuesta consensuada”, afirmó Marcela Alsina, de la Red Bonaerense de Personas viviendo con VIH/sida