La cantidad de chicos y jóvenes viviendo en pobreza relativa aumentó considerablemente en los países europeos lo que los volvió «más propensos a enfermedades y una expectativa de vida más corta», indicó la Organización Mundial de la Salud (OMS) que, entre otras recomendaciones, pidió la adopción de un calendario de vacunación más completo e integral como el que tiene actualmente Argentina.
El comité regional del organismo de Naciones Unidas (ONU) se reunió -desde el 15 de septiembre hasta ayer- en Copenhague, capital de Dinamarca, y estableció en un informe un panorama de la situación sanitaria de los menores en el continente.
En ese sentido, manifestó su preocupación por «el rápido crecimiento de los chicos viviendo en condiciones de pobreza relativa en todos los Estados miembro» lo que -concluyó- «es un factor de riesgo aún en países de altos ingresos debido a un aumento de la desigualdad» social.
«Más de la mitad de las muertes de niños menores de 5 años son resultado de enfermedades que pueden prevenirse y tratarse», explicó el organismo que demandó una mayor inversión en planes de vacunación, considerada como «la forma más efectiva de intervención pública en la salud».
Precisó que «si bien la cobertura es alta» comparada con otros continentes, «hay casi un millón de niños cada año que no reciben todas las inmunizaciones programadas».
Esto llevó a que en Europa haya más de 90.000 casos de sarampión y 70.000 de rubéola en los últimos tres años, enfermedades que en Argentina fueron eliminadas de su circulación endémica gracias a las campañas masivas de vacunación como la que se inició hace poco más de dos semanas y que ya inmunizó a 400.000 chicos de 1 a 4 años.
El país también es un ejemplo en haber incorporado en el 2011 la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) al Calendario Nacional lo que garantiza su aplicación de manera gratuita y obligatoria para las niñas de 11, tengan o no obra social.
Por el contrario, la OMS apuntó en su informe que en Europa «sólo 24 de los 53 Estados miembros han introducido la vacuna contra el VPH en sus programas, a pesar de una fuerte evidencia de que reduce significativamente la morbilidad y la mortalidad cuando se la combina con el monitoreo bien organizado del cáncer cervical».
El organismo también mostró su preocupación por la mortalidad infantil en Europa, donde existe una gran disparidad interna con países que tienen una tasa hasta 25 veces mayor que aquellos que muestran las mejores estadísticas.
«Las principales causas de muerte entre los menores de cinco años están vinculados a condiciones neonatales (incluyendo la prematuridad, la sepsis y asfixia durante el parto), las lesiones, la neumonía y la diarrea», indicó el organismo.
Las cifras están basadas en el informe «Niveles y Tendencias de la mortalidad infantil de 2014» que Unicef presentó esa semana donde destacó que la tasa en Argentina fue en 2013 de 13 por mil en el segmento de niños menores de cinco años, un valor 53 por ciento inferior a las 28 muertes por mil que se producían en 1990.
Volviendo a Europa, la OMS alertó por una suba en el consumo de tabaco, alcohol y la falta de actividad física, con países en los que uno de cada tres chicos entre 6 y 9 años tienen sobrepeso.
«El maltrato infantil es también un problema importante. Se estima que al llegar a los 18 años, 18 millones de niños pueden haber sufrido abuso sexual y 44 millones abuso físico. Anualmente, 850 niños menores de 15 años en la región son víctimas de homicidio», apuntó el reporte.
Al contrario de lo que plantean las políticas de austeridad de muchos países del continente, para revertir esta situación la OMS indicó que es necesario «invertir en salud, asistencia social y educación en la primera infancia».
«El número de niños que viven en la pobreza relativa está creciendo rápidamente en todos los Estados miembros y esto afecta directamente a su salud y bienestar al conducir a una menor esperanza de vida y la falta de oportunidades en la vida adulta», comentó Zsuzsanna Jakab, directora de la oficina europea de la OMS.
Sostuvo, además, la necesidad de una mayor inversión de los Estados en salud y educación: «Se lo debemos a nuestros hijos para darles el mejor comienzo en la vida, y que les permitan llevar una vida sana y segura hasta que alcancen la edad adulta».