Expertos en salud internacional reclamaron en Nueva York más inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) para las enfermedades olvidadas y denunciaron que el gasto de los Gobiernos solo se destina en la actualidad a las áreas que son más rentables.
Así lo manifestaron en la primera jornada de «Vidas en la balanza: Innovaciones médicas para pacientes y poblaciones olvidados», un encuentro que reune durante dos días en Manhattan a especialistas para analizar los progresos y fallos de las iniciativas internacionales destinadas a atender a las poblaciones más pobres del mundo.
A través de un vídeomensaje, el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, participó en la cita para pedir a los países que aumenten su inversión en investigación y mejoren la entrega de medicamentos entre los más pobres.
Las enfermedades olvidadas son aquellas a las que no se destina suficiente investigación.
«Hay que lograr que la ciencia trabaje en atención a los pacientes más descuidados», señaló Jim, al mismo tiempo que destacó la necesidad de lograr inversiones «adecuadas» y «sostenibles» a nivel mundial.
Por su parte, el secretario de Ciencia y Tecnología de Ministerio de Salud de Brasil, Carlos Gadelha, afirmó que «hay que actuar ya» y que las autoridades sanitarias tienen que involucrarse en las políticas de innovación sanitaria para evitar que no queden fuera de ellas las necesidades de la población.
Así, ejemplificó esta participación gubernamental con un programa que lanzó Brasil hace unas semanas y que permitirá que vacunas de bajo precio entren en el mercado mundial.
Según denunció Médicos Sin Fronteras (MSF), a pesar de los importantes avances en la investigación y el desarrollo de la salud mundial en la última década, sólo una pequeña fracción de los nuevos medicamentos desarrollados entre 2000 y 2011 se destinaron al tratamiento de las enfermedades olvidadas y más devastadoras del mundo.
Los datos de MSF apuntan que sólo el 3,8 % de los nuevos remedios aprobados, excluyendo las vacunas, se destinó a enfermedades tropicales, tuberculosis y otras infecciones desatendidas que, en su conjunto, representan el 10 % de la carga mundial de morbilidad.
En este sentido, el presidente internacional de MSF, Unni Karunakara, denunció que los profesionales sanitarios están todavía «atados» por las carencias de medicamentos disponibles, obligados a tratar a sus pacientes con medicamentos que tiene décadas de antigüedad y que «suelen ser brutales».
Además, denunció que el actual sistema de I+D médica es «deficiente» porque está impulsado por intereses comerciales y dirigido hacia áreas que son más rentables, dejando fuera las necesidades médicas fundamentales.
Los ponentes criticaron el desequilibrio fatal entre la carga mundial de enfermedades y la existencia de tratamientos, y el director de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU, Anthony Fauci, remarcó que «muchas personas no son conscientes de que existe información genómica disponible para tantas enfermedades olvidadas».