Poca actividad al aire libre podría acelerar la aparición de miopía

La poca o nula actividad al aire libre podría acelerar la aparición de miopía en los jóvenes, según advirtieron especialistas en oftalmología, quienes recomendaron realizar más actividades en espacios abiertos.
La miopía es un error refractivo, lo que significa que el ojo no refracta la luz adecuadamente para ver las imágenes con claridad, provocando que los objetos cercanos se vean nítidos, pero los distantes borrosos. 
Ante esto, el médico oftalmólogo Aldo Da Prá recomienda como método de prevención estimular en los niños la actividad al aire libre, porque podrán adquirir una mejor visión de larga distancia y panorámica y además evitaría la progresión de la miopía.
Los chicos con antecedentes familiares son más propensos porque la miopía resulta ser en gran parte de origen genético. «Si uno de los padres es miope el niño tiene una posibilidad sobre tres de ser miope. Si ambos padres lo son tiene un 50%», señaló Da Prá.
Pero existen además otras causas como las cataratas, que aumentan el índice de refracción del cristalino, la cual se denomina miopía de índice, o también la deformación del cristalino o de la córnea (queratocono), que genera una miopía de curvatura.
«Los chicos no perciben la dificultad visual y por lo tanto no se quejan, así que es de vital importancia la evaluación y el tratamiento. Se debe estar atento a observar cuando los jóvenes se acercan mucho a la pantalla del televisor o miran los textos o pantallas muy de cerca, o cuando no ven lo escrito en el pizarrón», alertó Da Prá. 
El experto también sugirió el «control periódico tanto en niños como en adultos para un temprano diagnóstico y seguimiento profesional por parte de un médico oftalmólogo».
Para el especialista hay ciertas consideraciones a tener en cuenta:
• La miopía simple aparece habitualmente en la infancia, alrededor de los 5 a 7 años de edad y evoluciona hasta alrededor de los 25 años, en que se estabiliza.
• La miopía congénita puede manifestarse más temprano o más tardíamente, después de los 20 años.
• Mientras más temprano comienza, más evolucionará y será más importante. Por esto tiene gran valor realizar controles oftalmológicos regulares a los niños desde muy temprana edad.
• El miope tiene riesgo de padecer complicaciones tales como desprendimiento de retina, atrofia macular, hemorragia macular y glaucoma.
Una vez diagnosticada, su tratamiento dependerá del tipo de miopía: 
• Se podrán recetar anteojos que brindarán buena focalización de lejos y poco campo visual, o lentes de contacto para una óptima visión de lejos, con buen campo visual y buena visión nocturna. 
• Otra opción es la cirugía refractiva. Para miopías leves o moderadas consiste en la modificación del grosor de la córnea con láser y en el caso de miopías altas, la cirugía es con lente intraocular.
*Por Leonardo Coscia. Nota originalmenta aparecida en Noticias Argentinas

La poca o nula actividad al aire libre podría acelerar la aparición de miopía en los jóvenes, según advirtieron especialistas en oftalmología, quienes recomendaron realizar más actividades en espacios abiertos.

La miopía es un error refractivo, lo que significa que el ojo no refracta la luz adecuadamente para ver las imágenes con claridad, provocando que los objetos cercanos se vean nítidos, pero los distantes borrosos.

Ante esto, el médico oftalmólogo Aldo Da Prá recomienda como método de prevención estimular en los niños la actividad al aire libre, porque podrán adquirir una mejor visión de larga distancia y panorámica y además evitaría la progresión de la miopía.

Los chicos con antecedentes familiares son más propensos porque la miopía resulta ser en gran parte de origen genético. «Si uno de los padres es miope el niño tiene una posibilidad sobre tres de ser miope. Si ambos padres lo son tiene un 50%», señaló Da Prá.

Pero existen además otras causas como las cataratas, que aumentan el índice de refracción del cristalino, la cual se denomina miopía de índice, o también la deformación del cristalino o de la córnea (queratocono), que genera una miopía de curvatura.

«Los chicos no perciben la dificultad visual y por lo tanto no se quejan, así que es de vital importancia la evaluación y el tratamiento. Se debe estar atento a observar cuando los jóvenes se acercan mucho a la pantalla del televisor o miran los textos o pantallas muy de cerca, o cuando no ven lo escrito en el pizarrón», alertó Da Prá.

El experto también sugirió el «control periódico tanto en niños como en adultos para un temprano diagnóstico y seguimiento profesional por parte de un médico oftalmólogo».

Para el especialista hay ciertas consideraciones a tener en cuenta:

• La miopía simple aparece habitualmente en la infancia, alrededor de los 5 a 7 años de edad y evoluciona hasta alrededor de los 25 años, en que se estabiliza.

• La miopía congénita puede manifestarse más temprano o más tardíamente, después de los 20 años.

• Mientras más temprano comienza, más evolucionará y será más importante. Por esto tiene gran valor realizar controles oftalmológicos regulares a los niños desde muy temprana edad.

• El miope tiene riesgo de padecer complicaciones tales como desprendimiento de retina, atrofia macular, hemorragia macular y glaucoma.

Una vez diagnosticada, su tratamiento dependerá del tipo de miopía:

• Se podrán recetar anteojos que brindarán buena focalización de lejos y poco campo visual, o lentes de contacto para una óptima visión de lejos, con buen campo visual y buena visión nocturna.

• Otra opción es la cirugía refractiva. Para miopías leves o moderadas consiste en la modificación del grosor de la córnea con láser y en el caso de miopías altas, la cirugía es con lente intraocular.

*Por Leonardo Coscia. Nota originalmente aparecida en Noticias Argentinas

 

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