SóLO DEBEN INGERIRSE EN INFECCIONES BACTERIANAS |

¿Por qué no se debe abusar de los antibióticos?

Se cree erróneamente que son más efectivos que los antivirales. Pero su toma incorrecta puede generar resistencia a esta medicina, un problema en alza.

Una concepción bastante arraigada, aunque errónea, acerca de los antibióticos es que son más potentes o efectivos que los antivirales y que, por ende, su uso es más aconsejable. Sin embargo, la decisión de recetar uno u otro no depende de la eficacia requerida para el cuadro del paciente, sino del microorganismo que provocó la infección.

 

Los antibióticos se emplean únicamente para tratar las infecciones bacterianas, no las virales. Esto quiere decir que si uno tiene un resfrío común, dolor de garganta (que no haya sido causado por estreptococos), goteo nasal o sinusitis viral, estos remedios no serán la solución; al contrario, es muy probable que acaben teniendo consecuencias negativas en el futuro, para uno mismo y para el prójimo. Así sucede también con la mayoría de los casos de tos y bronquitis.

 

¿Qué sucede si se toman antibióticos para una infección viral o se ingieren en forma incorrecta para una infección bacteriana?

 

Una preocupación creciente a nivel mundial en materia de salud es la denominada resistencia bacteriana, en la que los antibióticos pierden efectividad. El problema se agrava con el uso repetitivo o incorrecto de estos medicamentos para combatir las infecciones.

 

Todos tenemos en el cuerpo bacterias, muchas de las cuales son beneficiosas. Cuando se toma un antibiótico por una infección, se destruye la mayoría de las bacterias, pero algunas de ellas, por distintos mecanismos, podrían ser resistentes al medicamento, que no logra destruirlas (a veces, la situación es mucho más grave: las bacterias pueden volverse multirresistentes, vale decir, no pueden ser eliminadas por más de un fármaco). Estos gérmenes se multiplican y pueden trasladar esta resistencia a otros patógenos. Las bacterias, a su vez, pueden transmitirse a otras personas.

 

Si uno tiene bacterias resistentes a un medicamento (o a más de un medicamento) en el organismo, cuando necesite tomar nuevamente el antibiótico por una infección, este remedio común ya no podrá destruir las bacterias y se requerirán nuevos antibióticos que permitan eliminarlas, fármacos que podrían ser más complejos o no existir siquiera.

 

¿Por qué la resistencia bacteriana es un problema mundial?

 

Cuando una infección “sencilla”, fácilmente tratable mediante antibióticos, no responde a la terapia indicada, se necesitan medicamentos nuevos, que podrían no estar aún disponibles. De este modo, un problema menor puede convertirse en una infección imposible de curar y posiblemente mortal.

 

El uso difundido de estos remedios y su utilización incorrecta ha dado lugar a resistencia bacteriana a gran escala. Ahora bien, esta resistencia no es un problema individual, dado que las bacterias resistentes se transmiten de una persona a otra.

 

Por tal motivo, hay que adoptar todos los recaudos posibles: cuando, ante una infección bacteriana, el médico receta antibióticos, es imprescindible respetar los horarios de toma del medicamento y completar el tratamiento según lo indicado, y nunca automedicarse con estas medicinas, por más que los síntomas sean parecidos a los de una infección bacteriana que se tuvo en el pasado.

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