Qué causa la tos crónica

Suelen provocarla el goteo retronasal, el asma y el reflujo ácido gástrico. Para cada alternativa, existe un tratamiento.

Por lo general la tos no constituye un problema serio. Es tan sólo un proceso fisiológico que sirve para limpiar la vía aérea y los pulmones de partículas y secreciones. Cumple así una función importante en la prevención de infecciones. No obstante en ocasiones se trasforma en una molestia o hasta en un síntoma embarazoso. La persistente causa cansancio, dificultades para dormir, mareos, ronquera y hasta incontinencia urinaria, particularmente en mujeres.

 

Cuando la tos dura más de ocho semanas se convierte en un proceso crónico. Las tres causas más comunes de esta condición son el goteo retronasal, el asma y el reflujo ácido gástrico.

 

El goteo retronasal ocurre cuando las secreciones de la nariz caen por la parte posterior a la garganta. Es frecuente en las personas con alergias, resfríos o sinusitis. Otros síntomas son la sensación de nariz tapada o de líquido en la garganta y la necesidad recurrente de despejar la garganta.

 

El asma es la segunda causa de tos crónica en los adultos y la primera en los niños. Otros síntomas son las sibilancias y la falta de aire, pero no es infrecuente que la tos sea el único signo de esta enfermedad.

 

El reflujo ácido gástrico se produce cuando el líquido gástrico retrocede hacia la boca. Muchas personas con tos por reflujo también tienen ardor retroesternal y un sabor amargo en la boca.

 

Otras causas menos frecuentes de tos crónica son las infecciones de la vía aérea, algunas drogas como los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina, muy utilizado como antihipertensivo, el tabaquismo que provoca bronquitis crónica y el cáncer de pulmón.

 

El tratamiento de la tos crónica intenta eliminar la causa subyacente. En el caso del goteo retronasal se utilizan descongestivos, antihistamínicos o glucocorticoides por vía nasal. Si la causa es el asma se trata con broncodilatadores y glucocorticoides inhalados. En el caso de reflujo ácido gástrico, puede mejorar con cambios de hábitos como bajar de peso si se es obeso, evitar comidas que lo provocan, como aquellas con un alto contenido en grasas como el chocolate, el alcohol y las bebidas colas. Otras medidas para este problema son dejar de fumar, evitar ingerir comida dos a tres horas antes de acostarse y elevar la cabecera de la cama unos 10  centímetros.  También se utilizan drogas que disminuyen la producción de ácido en el estómago, principalmente los inhibidores de la bomba de protones.

 

Si no se puede determinar la causa y el malestar persiste, se puede tratar con medicación específica que suprime el reflejo de la tos como dextrometorfano o codeína. Este último fármaco causa somnolencia y no debe ser utilizado durante la horas de trabajo o si maneja.

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