Tabaquismo pasivo aumenta el riesgo de enfermedad meningocócica

Un estudio demostró que los niños que aspiran humo son más susceptibles a padecer el mal. Evaluaron a una población de entre 1 y 19 años.

Niños fumadores pasivos, más susceptibles al meningococo

Existen pocas epidemias más devastadoras aunque prevenibles que el tabaquismo. El hábito de fumar se popularizó durante el Siglo XX en los países desarrollados y al cabo de unas décadas se expandieron patologías como el cáncer de pulmón, las afecciones pulmonares crónicas y la enfermedad coronaria; la relación causal no tardó en confirmarse. 

 

Actualmente también se han comprobado los efectos de la exposición al humo del cigarrillo en el fumador pasivo. En los niños particularmente, la evidencia ha demostrado que aspirar estos tóxicos durante el embarazo se asocia con prematurez, mayor mortalidad perinatal y retraso de crecimiento intrauterino. También está claro que el humo provoca enfermedades respiratorias tanto de vía aérea superior como pulmonar, otitis media y muerte súbita.

 

Su relación con las infecciones bacterianas invasivas severas se ha confirmado en un estudio publicado recientemente en la revista médica Evidencias en Pediatría.   Los resultados de este meta análisis, que incluyó 42 publicaciones sobre infecciones bacterianas invasivas en niños entre 1 mes y 19 años de edad, indican que el niño fumador pasivo tiene mayor riesgo de padecer enfermedad bacteriana invasiva por meningococo y que también aumenta la portación nasofaríngea del meningococo y neumococo. 

 

Las conclusiones de esta investigación no hacen sino apoyar los argumentos y los esfuerzos para combatir el tabaquismo y prevenir los daños infligidos en el fumador pasivo, en especial si los que aspiran el humo de tabaco son los niños.

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