Trasplantada del corazón a los 12 años

Natalia Prodolliet, quien sufría una miocardiopatía dilatada terminal, fue operada en el Hospital Pedro de Elizalde. El órgano provino de un donante de San Rafael Mendoza y un equipo médico viajó para recogerlo. La niña ya puede respirar por sus propios medios y alimentarse.

El equipo del Hospital Pedro de Elizalde, junto a los padres de Natalia.

Una niña de 12 años que se encontraba en estado terminal por una miocardiopatía dilatada fue trasplantada por un equipo médico del Hospital Pedro de Elizalde de la Ciudad de Buenos Aires, que informó que en 24 horas logró respirar por sus propios medios y alimentarse.  

Natalia Prodolliet estaba desde hace dos meses en lista de espera para un trasplante cardíaco infantil, pero en los últimos días ingresó en emergencia nacional, por un diagnóstico de la afección en fase terminal.

«La coordinación de la red hospitalaria de la Ciudad de Buenos Aires que permitió que el órgano de un donante joven de San Rafael, Mendoza, llegue a tiempo a la ciudad de Buenos Aires», explicó Florentino Vargas, jefe Cirugía Cardiovascular Infantil y Trasplante del hospital Elizalde.

El operativo de ablación comenzó a las 9 de la mañana del 12 de octubre y el trasplante «terminó en la madrugada de ayer», y los primeros pasos se iniciaron en el quirófano «mientras llegaba el corazón desde Mendoza».

Para eso, se necesitó de la logística de siete equipos de trasplantes del hospital Elizalde, Argerich y de la región de Cuyo, más la colaboración del Same y el Incucai que trabajaron desde el momento en que se notificó la donación multiorgánica.

El coordinador del Equipo de Trasplante del hospital Elizalde, Ricardo López, y el jefe de Cirugía Cardiaca y Trasplante del Argerich, Victorio Piccone, fueron los encargados de viajar en busca del corazón para Natalia y evaluar si el donante era apto.

López explicó que dada la situación grave de la niña, se aceptó un donante adulto, que tenía diferencia de peso y tamaño. Sin embargo, ese cuadro «pudo superarse debido a la capacidad toráxica de la paciente, quien ahora tiene un corazón de una persona que la doblaba en tamaño y más potente que el suyo».

«Contamos con un tiempo para poder trasplantar con éxito un corazón, por eso cuando llegó el órgano se procedió lo más rápido posible», puntualizó.

El especialista precisó que Natalia está evolucionando bien, respira por sus propios medios y comenzó a alimentarse por vía oral, lo que es un panorama alentador.

No obstante, aclaró que «hay que esperar por lo menos hasta el lunes o martes para decir que no hay riesgos» y «estar atentos a que no haya rechazo del órgano, ni un cuadro de infección».

Ana María Carretoni, la mamá de Natalia, explicó que en el 2000 la nena «sufrió un cuadro de bronquiolitis y el virus se alojó en el área cardiaca y desde el hospital de Moreno nos derivaron al Elizalde para su tratamiento porque era complejo».

La mujer agradeció «la labor de los médicos del hospital público que hacen hasta lo imposible para que mi hija esté viva y a la familia del donante».

El grupo del Hospital Elizalde, dirigido por Vargas realizó el primer trasplante cardíaco infantil en 1990, el primer trasplante cardiopulmonar infantil en 1992 y el primer retrasplante cardíaco infantil en 1994.

Este grupo del hospital que dirige el especialista Norberto Garrote, también hizo el primer implante exitoso de un corazón artificial infantil (BerlinHeart) en el país, en una niña que hoy, cuatro años después, hace vida normal.

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