Tres nuevas vacunas, una excelente noticia

El anuncio de la incorporación, a partir de 2015, de las vacunas contra la varicela, el rotavirus y el meningococo al Calendario de Vacunación Argentino es una excelente noticia, y consideramos que va a tener un muy buen impacto en la salud de los niños. Además, con esta decisión nuestro país pasó a tener uno de los calendarios más completos del mundo, que brinda a toda la comunidad –niños, adolescentes y adultos– una amplia protección contra las enfermedades infecciosas.

Gracias a la vacuna triple viral, pudimos controlar los casos de sarampión y rubéola en la Argentina. Pero nos faltaba lograr lo mismo con la varicela, última eruptiva importante pendiente. Esta enfermedad, causada por el virus de la varicela zóster, se transmite por vía aérea, a través de las gotitas expelidas al hablar, toser o estornudar. Es tan contagiosa que basta con un contacto fugaz, cara a cara, para que una persona se infecte. Por un lado, puede ser complicada en los pacientes con trastornos de las defensas y, cuando afecta a las embarazadas, el síndrome de varicela congénita provoca anomalías anatómicas severas y graves, así como alteraciones del sistema nervioso central. Por otro lado, la varicela neonatal, se manifiesta a través de lesiones en la piel y los órganos, y tiene una tasa de letalidad del 30%. Contar ahora con una herramienta efectiva y accesible a toda la población será clave para prevenirla.

También es muy importante la incorporación de la vacuna contra el rotavirus, que ya estaba incluida en calendarios de otros países. Protege contra una de las principales causas de diarrea grave en niños menores de cinco años, sobre todo en aquellos que todavía viven en condiciones desfavorables. Con la vacunación de los lactantes menores de seis meses podremos disminuir la incidencia y la mortalidad de estas infecciones.

En cuanto a la vacuna contra el meningococo, es fundamental para prevenir la meningitis y la enfermedad invasiva causada por esta bacteria. Si bien se trata de infecciones poco frecuentes, cuando ocurren tienen consecuencias catastróficas: alrededor del 10% de los chicos infectados fallecen y 20% tienen secuelas graves, como pérdida de la audición, convulsiones, hidrocefalia, retraso madurativo neurológico, dificultades de aprendizaje o amputaciones de miembros.

Debemos tener siempre presente que las vacunas no solo brindan protección a quienes las reciben, sino que, al evitar el contagio, también protegen a los familiares, los amigos, los compañeros de trabajo y la sociedad en su conjunto. Las personas inmunizadas son una barrera para el ingreso y la circulación de una infección en una comunidad. Es evidencia de esto el impacto que tuvieron y tienen las vacunas en la salud pública mundial. La administración con coberturas altas y sostenidas permitió lograr, por ejemplo, la erradicación de la viruela (1980); la eliminación de la polio en las Américas (1994), en el Pacífico occidental (2000), en Europa (2002) y en el sudeste asiático (2014), y el cese de la transmisión del virus del sarampión autóctono (2002) y de rubéola (2009) en las Américas. Además de ser efectivas, todas estas vacunas y las que se están incorporando son seguras.

Planificar y proveer las vacunas necesarias para los ciudadanos de todas las edades, teniendo en cuenta la epidemiología y las posibilidades de cada país, es responsabilidad de las autoridades sanitarias. En este sentido, el Ministerio de Salud argentino ha hecho y está haciendo un trabajo muy importante en relación con la incorporación de nuevas inmunizaciones –tanto para niños como para adolescentes y adultos–, y con la difusión a la comunidad y a los profesionales de la importancia de recibirlas. Pero también es imprescindible que los profesionales de la salud promovamos la vacunación y que la comunidad conozca y aproveche sus beneficios. Así, todos juntos estaremos colaborando para promover y cuidar nuestra salud.

 

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