No sólo el humo del tabaco ajeno, sino también el vapor de los cigarrillos electrónicos afectan la salud de los no fumadores. Así lo recordó el Ministerio de Salud de la Nación en el Día Internacional del Aire Puro, que se celebra el tercer jueves de noviembre, a la par que destacó el impacto en la salud de la población que tienen las políticas públicas de control del tabaco que promueven los ambientes libres de humo.
Datos de las Encuestas Nacionales de Factores de Riesgo (ENFR) muestran cómo la exposición al humo de tabaco ajeno descendió pasando del 42,8% en 2005, al 36% en 2013. En 2011, con la sanción de la Ley Nacional del Control del Tabaco 26.687, se acentuaron los cambios que se venían produciendo, a partir de lo cual se observa entre las mediciones de 2009 y 2013 que en los lugares de trabajo el cumplimiento de esta norma marcó un descenso del 34 al 25%, mientras que en bares y restaurantes se redujo del 47 al 23 por ciento en el mismo período.
Estos cambios han sido particularmente importantes en espacios como los hogares, en donde también se produjo un descenso sustancial en la exposición al humo de segunda mano de sus habitantes.
Al respecto, Marta Angueira, coordinadora del Programa Nacional de Control del Tabaco de la cartera sanitaria, comentó que «hay un cambio de conducta que llegó a todos los espacios, como automóviles y hogares, ya que hay una mayor percepción del daño que causa el humo de tabaco en los ambientes cerrados”.
“Tenemos que continuar reforzando la fiscalización junto a las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la sensibilización sobre la importancia de los ambientes libres de humo, dado que la exposición al humo de tabaco, como también la exposición a los vapores de los cigarrillos electrónicos y pipa de agua es altamente perjudicial para la salud”, agregó la funcionaria.
El Día Internacional del Aire Puro, que se celebra el tercer jueves de noviembre, fue instituido en 1977 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a la preocupación por las emisiones contaminantes que afectan a las personas, como el esmog de los vehículos, los gases de la descomposición de los basurales a cielo abierto, la quema de plásticos y basura, entre otros.
Angueira destacó la importancia de respetar los ambientes libres de humo y alertó que “el humo de tabaco del ambiente produce enfermedades similares a las que produce el humo que inhala el fumador”.
En ese sentido, la especialista enumeró que “aumentan las afecciones respiratorias, cardiovasculares y cánceres, entre otras, principalmente en niños y en los bebés en gestación, que van desde malformaciones congénitas, predisposición a enfermedades respiratorias por menor desarrollo del aparato respiratorio, hasta menor desarrollo intelectual”.
Las denuncias por incumplimiento de la ley en relación con los ambientes libres de humo de tabaco pueden realizarse de manera anónima a través de la línea gratuita 0800-999-3040 del Ministerio de Salud de la Nación desde cualquier punto del país.