Para obtener resultados diferentes, ¡cambiá el foco!

Cómo obtener resultados distintos y tener éxito (Foto: Pixabay)
Cómo obtener resultados distintos y tener éxito (Foto: Pixabay)

“Muchas veces, nos sentimos estancados, en una rueda que no nos lleva a ningún lado. Queremos algo mejor, pero no sabemos cómo lograrlo. Y entonces nos lanzamos a la aventura de probar aquello de “si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Sin embargo, la única manera de conseguirlo es, en realidad, yendo un paso más atrás”, dice la profesora Verónica Salatino, motivadora y coach, creadora de Makana Comunicación Estratética.

¡Adiós a la tiranía del cómo! Prioricemos el para qué

Cuando descubrimos nuestro para qué, es decir, el propósito de lo que sea que querramos hacer, conectamos con una conclusión tan profunda que nos impulsa de forma directa a lograrlo. Cuando queremos cambiar algo, muchas veces no sabemos cómo hacerlo, nos quedamos atascados en la tiranía del cómo y ahí abandonamos. Cuando trabajamos en el para qué y mantenemos nuestro foco en nuestra meta, en lugar de la línea de partida o del lugar en el que estamos, nada nos detiene

¿Y qué pasa cuando queremos crear resultados diferentes?

Para obtener resultados diferentes es necesario cambiar el foco, cortar con lo mismo que hacemos habitualmente. Si para hacer algo distinto partimos del mismo lugar de siempre, muy probablemente no logremos un cambio, y eso nos generará más frustración. Esto se debe a que seguimos siendo el mismo observador. Logramos el cambio cuando podemos ver la situación de un modo diferente; cuando transformamos nuestro ser y, por ende, al observador que somos.

¿Alguna vez te pasó que, por ejemplo, querías generar más ingresos y entonces invertiste en más publicidad, más folletos, o hiciste más newsletters, pero tus resultados no se incrementaron en la misma proporción que el tiempo y dinero invertido? Eso se debe a que, aunque creemos que estamos haciendo algo diferente a lo que veníamos haciendo, en realidad solo estamos haciendo más de lo mismo. El verdadero cambio está en ir un paso más atrás y cambiar el foco (sobre el negocio, sobre cómo lo hago, qué hago, para qué lo hago y mucho más) para luego sí generar estrategias (publicidad, marketing o lo que sea) que nos permitan alcanzar nuestros objetivos.

Entonces, antes de hacer algo distinto, probá ir un paso más atrás para transformar a la observadora u observador que sos, ver la situación desde otro lado, porque cuando lo hacés se abre un mundo de posibilidades que hasta ese momento ni siquiera sabías que existían.

Un ejemplo puntual

“Para abordar este tema podemos pensar en el estudio de Agnes Heller, que plantea la teoría del núcleo y el anillo para hacer un análisis profundo sobre el campo de las ciencias sociales, pero sus conceptos son aplicables también a la comunicación diaria” afirma Salatino. Y agrega: “en palabras sencillas, y haciendo un paralelismo con la vida cotidiana, el núcleo sería el hecho, mientras que el anillo está compuesto por las diferentes interpretaciones. Para explicarlo con un ejemplo claro, si dos autos chocan en una intersección, estamos hablando de un hecho puntual: el choque. Ese sería el núcleo, la verdad indiscutible, pues hubo un choque. El anillo estará conformado por las varias interpretaciones de ese mismo hecho, que dependerán de muchísimos factores, entre los que se encuentran desde la ubicación en la que está cada uno de los testigos hasta sus propios juicios. Así, quien está en la misma esquina del choque probablemente tiene un relato de los hechos diferente a quien lo vio desde el balcón del séptimo piso o desde la vereda de enfrente”, sostiene la especialista.

Todas las personas hablamos, opinamos, interpelamos y somos interpeladas desde la posición en la que nos encontramos en ese anillo, sin excepción. Esto quiere decir que, incluso despojándonos de cualquier tipo de subjetividad, de juicio, de opinión, no podemos más que ofrecer una versión de lo que está sucediendo.

“En Coaching solemos hablar del “puntito” para hacer referencia a ese lugar desde el cual vemos e interpretamos la vida, el ámbito de trabajo, nuestra empresa, etc. Todos estamos en un puntito y (nos) hablamos desde ahí. Cuando con el acompañamiento del Coaching – a través de preguntas poderosas – logramos traspasar un poco ese “puntito” y cambiar el observador que somos, nos abrimos al sinfín de cosas que no sabemos y empezamos a aprender”, dice Salatino. “Esto sucede porque empezamos a ver el ámbito laboral, a nuestra carrera profesional, a la organización a la que pertenecemos o a nuestro modo de liderar cada proyecto desde otro lugar. Eso es cambiar el foco: abrimos un universo de opciones, simplemente y gracias a cambiar el punto de vista con el que miramos la realidad”, puntualiza.

Para cambiar el foco, muchas veces es preciso animarse a pasar por la experiencia de, primero, perderlo. Desenfocarnos, un rato al menos. Es muy similar al cambio de anteojos: ese ratito sin los lentes puestos también es necesario y bienvenido porque la verdad es que hasta que no encontramos la nueva graduación que nos ayudará a ver mejor, no sabemos qué enfoque será el adecuado. Se trata de transformar a la observadora u observador que somos.

Por lo tanto, amiguémonos con ese período de incomodidad en el que vemos todo fuera de foco -mientras probamos una y otra lente- porque es indispensable para que podamos encontrar nuestro nuevo enfoque, ese que nos permitirá avanzar. Es bienvenido estar fuera de foco, necesitamos abrirnos al no sé. Para llegar a un verdadero cambio, necesitamos cambiar los anteojos con los que estamos mirando la vida.

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