Tomar gaseosas tiene consecuencias negativas para su salud. Ni siquiera la ciencia puede enumerar todos los efectos que produce el consumo de estas bebidas.
A continuación, te acercamos algunos datos que pueden resultar interesantes sobre el efecto que producen las gaseosas en tu cuerpo.
– Dentro de los primeros diez minutos desde el consumo de una gaseosa, 10 cucharaditas de azúcar llegan a tu cuerpo. Esto representa el 100 por ciento del consumo diario recomendado, y la única razón por la cual no vomitás como resultado del alto contenido de azúcar, es debido a que el acido fosfórico elimina el sabor.
– Dentro de los 20 minutos, tus niveles de azúcar en la sangre se disparan, y el hígado responde a la explosión de insulina al convertir las grandes cantidades de azúcar en grasa.
– Dentro de los 40 minutos, se completa el consumo de cafeína; las pupilas se dilatan, la presión arterial aumenta y el hígado arroja más azúcar a su torrente sanguíneo.
– Alrededor de los 45 minutos, el cuerpo aumenta la producción de dopamina, la cual estimula los centros placenteros del cerebro, una respuesta física idéntica a la heroína.
– Después de los 60 minutos, enfrentarás una disminución de azúcar en la sangre.
Antes de seguir tomando gaseosa, hay que tener en cuenta que 10 cucharaditas de azúcar aportan 150 calorías, 30 a 55 mg de cafeína y está cargada de colorantes, sustancias artificiales y sulfatos. Además, es la fuente más grande de jarabe de maíz de alta fructosa.
Son así de riesgosas
Las gaseosas tienen los siguientes componentes que pueden producir enfermedades diversas:
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Acido fosfórico: Puede interferir con la habilidad de que el cuerpo utilice el calcio, conduciendo a osteoporosis o ablandamiento de los huesos y dientes.
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Azúcar: Es un hecho probado que el azúcar aumenta los niveles de insulina, lo que puede causar presión arterial alta, colesterol alto, enfermedades cardíacas, diabetes, aumento de peso, envejecimiento prematuro y muchos otros efectos secundarios.
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Cafeína: Las bebidas que contienen cafeína causan nerviosismo, insomnio, presión arterial alta, latidos irregulares del corazón, niveles de colesterol elevados, desgaste mineral y vitamínico, defectos de nacimiento.