Algunas personas disponen de más energía que otras. Un impulso natural las lleva hacia la actividad, el descanso les aburre, lo desconocido les atrae, los problemas no son para ellos montañas que escalar, sino soluciones por descubrir… Mientras que para otros la prioridad es el sillón, el reposo, el curso tranquilo de una vida sin asperezas, porque no disponen de energía suficiente para afrontar con serenidad y vitalidad los acontecimientos de la vida. Todos tenemos un umbral de resistencia al esfuerzo y a la presión nerviosa, y algunos se fatigan más que otros. ¡Es una de las grandes injusticias de la vida!
Sin embargo, estos no son poderes mágicos que algunos afortunados recibieran en la cuna de parte de un hada bienhechora. Ese “capital-energía” que envidiamos a los otros cuando estamos agotados de la vida no tiene nada que ver con un tesoro oculto en el fondo de un cofre que sea más abundante en ellos que en nosotros. Nuestra energía no se almacena. Se crea continuamente, se produce, se moldea, se genera. Para evitar la fatiga la solución es simple: basta con proporcionar al cuerpo lo que necesita de manera regular y en las dosis adecuadas.
Los grandes alimentos antifatiga
Una alimentación variada y fresca (evitando en lo posible los productos industriales) constituye la primera garantía de un dinamismo óptimo. Sin embargo, algunos alimentos están particularmente aconsejados porque aportan un toque particular.
– Los champiñones
¡He aquí un producto raro! Los champiñones, ni verdaderamente animales ni verdaderamente vegetales, son difíciles de clasificar. Como los mamíferos, producen queratina, una sustancia que entra en la composición de nuestro cabello y nuestras uñas. Como los insectos, producen quitina, una sustancia que forma su caparazón. A diferencia de los vegetales, crecen sin ramas ni hojas, no hunden sus raíces en el suelo y no producen clorofila.
Existen más de doscientas mil especies de champiñones, no todos ellos comestibles. Aunque no sea rigurosamente exacto, a veces se las llama “carne vegetal” porque las setas son más ricas en proteínas que los vegetales. Además, todas encierran casi todos los aminoácidos esenciales (excepto el triptófano, que es fácil de encontrar en los lácteos). Son un buen método para luchar contra el cansancio físico y psíquico. Las setas son las campeonas de las vitaminas B, que están presentes sobre todo en los productos animales. En cuanto a los minerales, merecen mención especial el selenio y el hierro.
¿Cómo consumirlos? Vigile bien el origen de estas setas tanto si los recoge como si los compra (frescos o congelados). Puede comer los champiñones de París en ensalada (solos o con otras verduras). Son deliciosos y sus nutrientes están intactos. También puede cocinarlos con perejil y ajo o carne. Evite cocinarlos a la sartén con mucha materia grasa, porque la absorben como si de esponjas se tratara. Es preferible que los cocine con poco aceite (sobre todo de oliva), a fuego suave, y luego añada un poco de aceite crudo al final de la cocción.
Principales componentes útiles: proteínas, por supuesto, fibras, potasio, fósforo, magnesio, calcio, hierro, zinc, selenio y vitaminas B3 y B5.
- El limón
Debido a las muchas virtudes que tiene, el limón forma parte de la farmacopea desde hace más de cinco mil años. Por otra parte, se lo considera más un remedio natural que un alimento y es difícil morderlo como otras frutas. La pulpa del limón queda bien protegida bajo la capa espesa y firme de su hermosa cáscara amarilla (o verde). Esa cáscara contiene un aceite esencial muy activo que basta con apretar la piel brillante para obtenerlo. El limón se utiliza sobre todo en jugo. Posee grandes cantidades de vitamina C, pero también ácidos orgánicos que se transforman en sustancias alcalinas en contacto con los jugos gástricos (por esa razón es excelente para neutralizar el exceso de acidez interna). Es rico en minerales diversos que contribuyen a luchar contra la desmineralización, que constituye una de las causas de fatiga.
¿Cómo consumirlo? Exprima siempre el limón en el momento de consumirlo, pues en contacto con el aire se oxida enseguida, especialmente su preciosa vitamina C. Luego puede beberlo o utilizarlo para cocinar. Una excelente cura antifatiga: beber cada mañana, en ayunas, antes del desayuno, el jugo de un limón con agua a temperatura ambiente (y sin azúcar). Puede repetirlo durante tres semanas, una vez por trimestre. Además, puede emplearlo para condimentar sus pescados, aves, verduras o el arroz, pues realza agradablemente todos los sabores, y puede incluso preparar sus vinagretas con jugo de limón. Si va a utilizar la cáscara, opte por limones ecológicos porque los contaminantes se concentran en la piel. Elimine cuidadosamente la piel blanca, que no es comestible. Luego puede integrarla entera, rallada o en láminas en los platos cocinados, los budines o las ensaladas.
Principales componentes útiles: ácidos orgánicos, vitamina C, potasio, calcio, fósforo, un poco de selenio y vitaminas del grupo B.
- El kiwi
Es un divertido fruto peludo, con pulpa de color verde vivo, manchado de pequeños puntos negros. El kiwi es rico en vitamina C, que está bien protegida bajo una cáscara dura como el cuero. Sus ácidos orgánicos mejoran la digestión y la asimilación de otros nutrientes consumidos durante la comida. Pero también contiene vitamina E antioxidante, calcio y magnesio, que favorecen el dinamismo intelectual y nervioso.
¿Cómo consumirlo? El kiwi es fácil de comer crudo si uno dispone de un cuchillo y una cucharita. Basta con cortarlo por la mitad a lo ancho y comerlo a cucharadas tranquilamente, después de haber eliminado la parte central blanca, que a veces es fibrosa y no tiene ningún interés nutricional. El kiwi sigue madurando a temperatura ambiente y se conserva muy bien (no hay que conservarlo en la heladera). Añádalo a las ensaladas de frutas un poco dulces y las realzará con su punto de acidez. También puede emplear los kiwis como acompañamiento de carnes (las rodajas brevemente salteadas, por ejemplo), decorar sus ensaladas compuestas (dados de salmón y papas al vapor) o incluso platos de verduras guisadas (calabacines, cebollas, jengibre y jugo de naranja).
Principales componentes útiles: aparte de los glúcidos, proteínas, vitamina C y fibras. Proporciona potasio (es depurador), calcio, magnesio, fósforo y hierro, vitamina E y vitaminas del grupo B. En pequeñas cantidades, ciertamente, pero todo suma.