Psicoyoga: ¿qué es y cómo puede ayudar en la vida diaria?

Es una terapia que busca sanar desde lo físíco, lo mental y la espiritual. Su fin es cultivar las virtudes para afrontar los tiempos difíciles. La terapeuta Liliana García Vázquez explica sus fortalezas y sus principales conceptos.

La meta del Yoga es el camino a la liberación del sufrimiento, pero para la autotransformación se requiere una disciplina y un compromiso a través de la observación de todos los aspectos de la vida cotidiana. ¿Qué sucede, entonces, cuando a esta práctica se le suman conceptos psicológicos y se toma al cuerpo, a la mente y al espíritu como un todo?

Esta es la propuesta que hace Liliana García Vázquez, una piscóloga social formada en psicología positiva que ha dedicado su vida al Yoga desde los 17 años, al punto de haber organizado en Argentina “La Semana de la India”, en 2002. Además de trabajar en consultas personales y seminarios, acaba de lanzar su libro Psicoyoga que, en sus palabras, es “una terapia inspirada en un enfoque filosófico espiritual porque entiende que la espiritualidad no debe separarse de la vida y que los asuntos existenciales conciernen al alma”.

“El psicoyoga es una terapia que integra cuerpo, emociones, mente y alma. Tradicionalmente la psicologia occidental se basó en analizar la mente y acciones conectado a las patologías. Los nuevos enfoques psicológicos, transpersonales y positivos, resaltan las fortalezas del ser y ponen fe en la posibilidad de la sanación, por lo que el abordaje es integral”, indicó García Vázquez.

Para este abordaje García Vázquez, incorpora el Yoga, para “reconciliar el impulso y la razón, trascender la dualidad de la mente, acceder a la intuición” para ganar herramientas que ayudan a expandir la conciencia.

Para la autora, “son innumerables los aspectos positivos de lo espiritual en la psicoterapia, ya que ésta tiene el potencial de llevar a las personas a encontrarse con la dimensión trascendente de su vida”, siempre con “el objetivo es ser más libre, estimular la evolución personal con una autentica aceptación de la naturaleza de quien pide ayuda”.

Para la psicóloga y formadora, es importante entender quiénes somos, a donde vamos, de dónde venimos y cuál es nuestra meta. Y opina que incluso los terapeutas también deben hacerse esas mismas preguntas, ya que “cada vida conlleva lecciones que se deben aprender”.

Influenciada por el médico psiquiatra, piscólogo y ensayista Carl Jung, especialmente con su libro “El secreto de la flor de oro”,  el psiquiatra Robergo Assagioli, quien se adentró en el Raja Yoga- el método yóguico para transcender las dualidades de la mente al incorporar la dimensión espiritual- el psicologo americano Abraham Maslow, que hizo hincapié en la creatividad, la intuición, el misticismo y la compasion y por último Martin Seligman, quien encabeza el movimiento de la Psicologia Positiva, García Vázquez propone un camino de integración de varias disciplinas, desde los ejercicios a la alimentación y desde lo mental hacia lo espiritual, para que las personas se sientan mejor.

“No todo es fobia y depresión, no todo es patología. No todo es lo negativo. La psicología positiva explora los rasgos que hacen que las personas estén más satisfechas con sus vidas y sentimientos. Estos rasgos son el amor, la compasión y la búsqueda de conocimiento. En conclusión, pone el énfasis en el cultivo de las virtudes”, remarcó.

En síntesis, “las investigaciones terapéuticas que promueve la psicología positiva indican vías hacia el bienestar, se centra más en devolvernos una imagen equilibrada a nivel psicológico, mostrando las fortalezas y habilidades, no solo las debilidades”.

“Cuando el hombre se conecta con su propia alma y por lo tanto con sus dones, adquiere herramientas y metodos para reconstruirse saludablemente, de manera mas sana y util para si mismo y la sociedad”, completó la terapeuta.

Finalmente, para la rutina de psicoyoga, García Vázquez recomienda la alimentación pura, fuera de la cadena de violencia: “Para tener una buena digestión, no debemos ingerir alimentos cuando estamos transitando una emoción negativa o cuando no tenemos apetito. La masticación debe ser lenta y las cantidades no deben ser nunca excesivas”-

Por último, recomendó “conectarse con la naturaleza, leer libros que inspiran, meditar, realizar actividad física, caminatas, yoga”, todas actividades que ayudaran a encontrar armonía aun en tiempos de difíciles como los actuales.

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