¿Sabía que la dieta y el estilo de vida tienen gran impacto en la memoria? Las investigaciones han demostrado que una dieta cargada de azúcar puede provocar problemas de memoria y reducción del volumen cerebral. Estudios han establecido la obesidad como un factor de riesgo para el deterioro cognitivo.
Muchos factores juegan un papel en la pérdida de la memoria, incluida la genética, la edad y las condiciones médicas que afectan el cerebro. También la afecta la dieta y el estilo de vida. Aunque no siempre se puede prevenir, es posible tomar algunas medidas para cuidar la salud del cerebro y el deterioro cognitivo. De manera similar a los músculos, el cerebro necesita un uso regular para mantenerse saludable. Los ejercicios mentales son tan esenciales para la materia gris como otros factores.
“La memoria es la capacidad cerebral de recuperar conocimiento del pasado para traerlo al presente y al mismo tiempo relacionarlo con la información nueva que recibimos para modificarla. Llegada la edad media de la vida nuestra memoria comienza a declinar, y hoy sabemos qué parte de ella perdemos y qué podemos hacer para combatirlo”, explicó la doctora Alday, neuróloga de DIM Centros de Salud (MP 37423 – MN 67977).
Tipos de memoria
Alday indicó que existen 4 tipos:
1. Memoria inmediata (a corto plazo): permite recordar información específica sobre cualquier cosa durante un período breve. “Es la que nos permite mirar un número de teléfono escrito en un papel, marcarlo y en segundos olvidarnos de él”.
2. Memoria a corto plazo: es el lugar donde se pueden guardar temporalmente pequeñas cantidades de información. “Es la que nos permite que si un número, palabra o frase es importante para nosotros nos concentramos de tal manera de “imprimirlo” en la mente, más allá de lo inmediato.
3. Memoria a largo plazo: Es donde almacenamos la gran mayoría de los recuerdos. “Abarca casi todo lo que sabemos: nuestro reconocimiento de amigos, lugares, música, etc. Los conocimientos de nuestra educación y los laborales”.
4. Memoria remota: involucra el recuerdo de todo lo que ha pasado durante la vida. “Nuestro nombre, fecha de cumpleaños, familia, recuerdos de nuestra infancia, el lenguaje materno, el cómo hacer las cosas que aprendimos a hacer”.
La especialista indicó que una de la razones por las que las personas olvidan tiene que ver con la disminución de la capacidad de transmitir mensajes a las neuronas con el paso del tiempo. “Al disminuir la memoria a corto plazo se afecta la capacidad de recordar nombres, citas médicas, rostros, dónde dejamos las llaves, dónde estacionamos el auto, lo que íbamos a buscar a la heladera. Al declinar la memoria a largo plazo podemos olvidar el significado de palabras, cómo escribir una oración, cómo calcular, fechas de aniversarios, fechas o hechos históricos importantes, hasta se pueden olvidar conocimientos relacionados a la esfera laboral que no se usan con mucha frecuencia. Por depresión o ansiedad también podemos olvidar ya que perjudica nuestra atención. Pensamos en lo que ya ocurrió o en lo que va a pasar y no atendemos al presente, por ende no registramos y no recordamos”.
Otros factores que influyen en que una persona olvide en algún momento de su vida son:
Falta de uso de datos con el tiempo, que hace que los trayectos neuronales se debiliten.
Ciertas influencias externas entorpecen la búsqueda de datos (ruido de fondo, charlas o movimientos en el ambiente).
El organismo tiene fallas con la edad que entorpecen la incorporación de nueva información (declinación de la vista o de la audición).
La falta de sueño o descanso disminuye la motivación de aprender o recordar.
Cómo mejorar la memoria
La dra. Aldey comparte algunos tips para mejorar ejercitar el cerebro y la memoria. “Con el entrenamiento o estimulación cognitiva, de las distintas funciones cerebrales como orientación, atención, memoria, lenguaje, razonamiento y planificación podemos ayudar a la pérdida de la memoria”.
1. Las actividades que estimulan la mente ayudan a mantener el cerebro en forma y pueden mantener a raya la pérdida de memoria. Haga crucigramas, Sudoku o juegue ajedrez; tome rutas alternas cuando maneje; aprenda a tocar un instrumento musical, un baile o un nuevo idioma.
2. El ejercicio físico tiene un impacto directo en la salud del cerebro y aumenta el ritmo cardíaco. Puede caminar a paso ligero; correr, senderismo, natación o bailar.
3. El sueño es vital para la salud general del cerebro. Interrumpir el ciclo de sueño natural del cuerpo puede conducir a deterioros cognitivos, ya que esto interrumpe los procesos que utiliza el cerebro para crear recuerdos. Lo recomendable es dormir entre 7-9 horas diarios.
4. Reducir la ingesta calórica general también puede ayudar a proteger el cerebro. Coma frutas, verduras y cereales integrales. Elija fuentes de proteínas bajas en grasa como pescado, porotos y aves sin piel.
5. La cafeína de fuentes como el café o el té verde pueden ser útiles para la memoria.
6. Anote tareas, citas y otros eventos en un cuaderno especial, calendario o planificador electrónico.
7. Evite las pantallas brillantes antes de acostarse, puede afectar la calidad del sueño.
- Beba agua. El cerebro está hecho principalmente de agua, que actúa como un amortiguador para el cerebro y la médula espinal. Ayuda a las células cerebrales a utilizar los nutrientes.
¿Qué es la reserva cognitiva?
La doctora Alday explicó que “es la capacidad del cerebro de tolerar mejor el daño cerebral asociado al deterioro cognitivo y la demencia, es decir, de soportar mayor cantidad de patología antes de llegar al umbral donde los síntomas se empiezan a manifestar. Esto se debe a que estimulando el cerebro se desarrollan nuevas conexiones y se reclutan nuevas neuronas”.