Un grupo de científicos a cargo de la investigadora del CONICET, Patricia Elizalde, descubrió que el bloqueo de una proteína podría ser clave para inhibir el crecimiento del cáncer de mama. Los hallazgos fueron publicados en la edición de septiembre de la revista especializada Molecular and Celular Biology.
Los investigadores pertenecientes al Instituto de Biología y Medicina Experimental del CONICET, se abocaron a estudiar la ErB-2, una proteína que ayuda a que las células crezcan, se dividan y se reparen y que en algunas mujeres con cáncer de mama está sobreexpresada.
Mediante su interacción con la hormona progesterona (PR) los expertos notaron que la ErB-2 podía migrar desde la membrana celular hasta el núcleo, lo que proliferaba la aparición de tumores malignos.
Luego de registrar este mecanismo se pudo comprobar en modelos experimentales con ratones que si se bloquea la capacidad de la ErB-2 de llegar al núcleo celular se puede frenar el crecimiento del cáncer de mama. Lo que se planea entonces, es bloquear este desplazamiento mediante ingeniería genética.
La investigación todavía es básica, no se realizaron aún ensayos con voluntarios humanos ni tampoco existe una droga disponible en el mercado para lograr los objetivos planteados. Sin embargo, el estudio argentino puede servir como una guía para idear nuevas terapias contra la enfermedad.
El equipo, que estuvo trabajando en este proyecto durante cuatro años, se completa con los científicos Wendy Béguelin, María Celeste Díaz Flaqué, Cecilia Proietti, Florencia Cayrol, Martín Rivas, Mercedes Tkach, Cinthia Rosemblit, Johana Tocci, Eduardo Charreau y Roxana Schillaci.