Durante los festejos de fin de año las consultas por guardia motivadas por intoxicaciones alcohólicas y alimenticias se incrementan hasta un 30%, según un sondeo realizado por el ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.
“Para que las fiestas no pierdan su encanto y sean realmente un momento de encuentro y bienestar recomendamos beber con mesura y, prestar atención a las recomendaciones de higiene para preparar y conservar los alimentos”, señaló el ministro de Salud provincial, Alejandro Collia.
Además de la ingesta abusiva de alcohol, las comidas copiosas o preparadas sin las condiciones de manipulación adecuadas acarrean, por estas fechas, mayores riesgos de contraer algunas de las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA) como el Síndrome Urémico Hemolítico y la salmonella.
“La consulta más común por consumo excesivo de alcohol es protagonizada por adolescentes y jóvenes”, explicó Ana María Girardelli, jefa de Toxicología del hospital Ludovica. A su vez, advirtió que muchas veces esta conducta es minimizada y hasta justificada por los adultos que la consideran “una moda” o un hábito “propio de la edad”.
“La realidad es muy diferente, el consumo excesivo de alcohol entre los adolescentes se relaciona con la violencia callejera, los incidentes de tránsito y graves trastornos orgánicos, por eso cualquiera de estas condiciones pone en riesgo la vida del consumidor y de las personas que lo rodean”, advirtió Girardelli.
Niños y embarazadas
Médicos de ese establecimiento advirtieron que todos los años asisten a pequeños que, muchas veces por curiosidad o accidentalmente ingieren bebidas alcohólicas de las copas que los adultos dejan a su alcance durante las cenas de Nochebuena y fin de año.
“El juego propio de la edad, la sed que acarrean las altas temperaturas y la distracción de los adultos se asocian para que los niños inadvertidamente ingieran bebidas alcohólicas en cantidad suficiente como para provocar sintomatología”, explicó Girardelli. La especialista recomendó prestar atención a estas situaciones y sospechar la posible ingesta toda vez que se observe en los chicos pérdida de estabilidad en la marcha o vómitos. Además aconseja ofrecer líquidos a los pequeños con frecuencia y disponer para ellos de vasos fácilmente identificables.
Por otra parte, los médicos advierten que cualquier cantidad de alcohol que ingiera una embarazada supone un riesgo para el feto, por lo tanto lo ideal es que no beban.
“Las mujeres que están amamantando deben procurar dar de mamar al menos dos horas después de tomar alcohol. Pequeñas cantidades de bebida cambian el olor y sabor de la leche materna y cantidades mayores pueden embriagar al bebe”, enfatizó Girardelli.
Por otra parte, el alcohol interacciona con innumerables medicamentos y puede provocar intoxicaciones cuando se combina con sedantes, antidepresivos, antihistamínicos y anticoagulantes, por lo que se recomienda consultar al médico antes de beber.
Consejos para evitar intoxicaciones alimentarias
• Almacenar y refrigerar adecuadamente los comestibles.
• Descongele siempre los alimentos dentro de la heladera. Si tiene apuro, puede dejarlos fuera, pero procure que sea por poco tiempo y siempre antes de prepararlos.
• No vuelva a congelar lo que ya fue descongelado.
• Procure consumir leche envasada respetando las normas de su conservación.
• Si la leche que toma no es envasada, tómela después que haya hervido durante 10 minutos.
• Tenga en cuenta la fecha de caducidad e instrucciones de conservación en los productos envasados.
• Lave bien y con agua abundante frutas y verduras.
• Proteja los alimentos de moscas y otros insectos.
• Evite la acumulación de residuos y desperdicios en el lugar donde se conservan, manipula y sirven los alimentos, e impida la entrada de animales domésticos en la cocina.
• Procure siempre que haya agua corriente en abundancia en las instalaciones donde se preparan alimentos.