Por Celina Abud y Francesco Garabello.- En el marco de las jornadas científico-técnicas organizadas por el Ministerio de Salud nacional para presentar al Instituto de Medicina Tropical (IMET), la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Mirta Roses, aseguró que desde los países de América Latina y el Caribe “están celebrando el nacimiento” de una entidad que refleje el espíritu de cooperación entre naciones. El objetivo: eliminar patologías como el dengue, la fiebre amarilla y la malaria, que son comúnmente llamadas “desatendidas”, y se expanden en los países de ingresos medios y pobres.
El instituto tendrá sede en la ciudad misionera de Puerto Iguazú, en la región de la triple frontera. La elección es estratégica por estar próxima a los países vecinos, donde actualmente se registra un brote de dengue. Por otra parte, se trata de un lugar clave de integración sanitaria con la UNASUR y el MERCOSUR. En relación a la locación del organismo, Roses opinó que “se debe escuchar a los habitantes de la región, y cómo hablan de las patologías existentes”. A su vez señaló que “conocer el mapeo de las enfermedades es el primer paso para determinar estrategias para erradicarlas”.
De acuerdo con la directora de la OPS, el IMET abordará la “agenda inconclusa” de estas enfermedades típicas del clima caluroso. Entre ellas está el dengue, que “se va haciendo endémica en América Latina y el Caribe, con 1.800.000 infectados por año en la región”, puntualizó.
Por otra parte, la fiebre amarilla es otro padecimiento en expansión, que afecta particularmente a las áreas fronterizas de Argentina, Paraguay y Brasil. Los únicos continentes donde el mal es endémico son Asia y América del Sur, con 200 mil casos anuales.
En relación a la enfermedad de Chagas o tripanosomiasis sudamericana, Roses explicó que “se ha logrado interrumpir la transmisión vectorial doméstica en 10 países de la región”. Sin embargo, todavía se registran 41 mil nuevos casos por año. Sobre la malaria, opinó que América en el “camino correcto” para erradicarla, por lo que se logró reducir un “60% de morbilidad y 70% de la mortalidad”.
Dentro de las afecciones que preocupan está la lepra, endémica en 27 de los 35 países de América Latina y el Caribe. Según especificó la funcionaria, se registran cerca de 40 mil casos por año, mientras que en 12 provincias argentinas, el mal está lejos de desaparecer, ya que “afecta a una de cada 10 mil personas”.
Otra de las enfermedades tropicales que enumeró son la leishmaniasis, transmitida por insectos voladores que está en riesgo de expansión y que es más prevalente en Brasil y Colombia. Por otra parte, aclaró que tanto el cólera como la helmintiasis, están “en estricta relación con la pobreza”.
Compromiso médico y social
Otro de los motivos por el cual las enfermedades tropicales reciben el mote de “desatendidas” es precisamente por el escaso interés de la industria farmacéutica en fabricar medicamentos para males que prácticamente no acechan a naciones de ingresos altos. En ese sentido, el subsecretario de Prevención y Control de Riesgos del Ministerio de Salud, Gabriel Yedlin, quién se encargó de leer un discurso del titular de la cartera sanitaria, Juan Manzur, mencionó que con el IMET se busca incluir a “quienes fueron expulsados para el desarrollo de una vida plena”.
Así el instituto no solo abordará el tema del cambio climático o intercambiará estrategias de bloqueo, sino también indagarán en planes de saneamiento y acceso a viviendas, la escasez de alimento que afecta a las poblaciones más humildes y la falta de agua segura.
“El recorrido será arduo, pero derivará en una mejor salud para nuestro pueblo y los pueblos hermanos”, dijo Yeldlin en representación de Manzur. Por su parte, el ministro de Salud de Uruguay, Daniel Olekser, anunció que una de las tareas a las que apuntará el INET será “universalizar la accesibilidad a las políticas sanitarias”.
También estuvo presente en la apertura de las jornadas el Dr. Olindo Martino, especialista en medicina tropical, que cuenta con 40 años de desempeño como médico rural. Para el experto, se debe rescatar a las personas de “la miseria sanitaria tal como lo hizo el Dr. Salvador Mazza”, quién dedicó su vida a la lucha contra la enfermedad de Chagas. A su vez, opinó que el IMET deberá “tener un espíritu de colmena”, capaz de “aglutinar ideas” y lograr “el esfuerzo mancomunado con los países vecinos”.