Dengue: nuevas maneras de combatirlo

Nuevas estrategias para combatir el dengue (Foto: Pixabay)
Nuevas estrategias para combatir el dengue (Foto: Pixabay

El escenario epidemiológico de las regiones tropicales, subtropicales y templados del planeta está dominado por las enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti, como el dengue, la fiebre chikungunya y el zika. Sólo en el continente Americano, cerca de 500 millones de personas viven en áreas donde se encuentra presente el mosquito vector, que está comprobado que es el método de circulación del virus dengue, chikungunya y zika, que ingresaron al continente en 2013 y 2015 respectivamente.

En nuestro país en particular, el mosquito representa un gran riesgo para toda la población, no sólo para regiones del norte de Argentina. Debido a la urbanización, los distintos cambios ambientales y los criaderos activos de mosquitos durante varios meses del año, la presencia de mosquitos transmisores aumenta y también aumenta el riesgo. “El dengue es un problema no solo presente en la región norte de nuestro país, sino que se ha expandido y consolidado en todo el sector central, incluyendo las grandes provincias más pobladas como Buenos Aires, Córdoba, Rosario y también, desde luego, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los municipios que la rodean”, afirma Manuel Espinosa, responsable del área de enfermedades transmitidas por mosquitos de la Fundación Mundo Sano.

El surgimiento de brotes epidémicos en Argentina es estacional, y usualmente está relacionado con las variaciones de temperaturas y lluvias a lo largo del año. También está relacionado con el comportamiento de las personas, porque cuando circula más gente, y hay una ausencia de cuidados ambientales y personales para la prevención, la probabilidad de que aumenten los casos es mayor. “En otros países la circulación del virus del dengue es permanente. No es el caso del nuestro, por lo que el virus comienza a circular a partir del ingreso del mismo por el traslado de personas, ya sea por viajes vinculados a trabajo o turismo”, destaca Espinosa.

Históricamente, la estrategia de prevención estaba enfocada en el control vectorial, es decir, una estrategia orientada a la eliminación de insectos que transmiten enfermedades. Para el control del mosquito Aedes aegypti en la Región de las Américas y el Caribe, se recomienda la eliminación de los criaderos domiciliarios, y el control químico o biológico de las larvas del mosquito.

El caso de la ciudad de Tartagal en Salta es un ejemplo de cómo funciona el programa de vigilancia y control del mosquito Aedes aegypti. Desde el año 2009, el año que se produjo uno de los mayores brotes de dengue en la historia de nuestro país, se realiza un monitoreo larval. Se visitan viviendas y se revisa si hay presencia de larvas de mosquito Aedes en recipientes artificiales, o si hay posibles criaderos en recipientes que puedan acumular agua. Además, se monitorea la actividad reproductiva de los mosquitos, la puesta de huevos de los mosquitos se realiza mediante la instalación y lectura de ovitrampas, que son dispositivos que presentan condiciones ideales para que las hembras de los mosquitos puedan colocar sus huevos. Con la información que se adquiere a partir de estos registros, se puede estimar la dinámica local de las poblaciones de mosquitos.

En el caso que el sistema de salud reporte un caso sospechoso de dengue, se realiza un “bloqueo de foco”, una limpieza exhaustiva de la zona. Se aplican insecticidas especiales para eliminar a los mosquitos adultos y evitar la transmisión del virus a personas sanas vecinas del domicilio del caso detectado. Esta actividad se complementa con acciones de concientización a niños y niñas en edad escolar a través del Proyecto educativo “Prevención en Acción: Recursos Pedagógicos para un mundo Sano”. “Las acciones realizadas en estos años permitieron reducir el riesgo de dengue en la zona, lo cual se ve reflejado en la baja incidencia de los brotes ocurridos. Entre 1998 y 2009, Tartagal registró el 61,4% del total de los casos de dengue registrados en la provincia de Salta, mientras que, en el período posterior al inicio del Programa (2010-2020), se redujo al 8,7%”, destaca Espinosa.

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