Fármaco contra hormona del estrés restauró pelo en ratas

Ratones genéticamente manipulados para perder el cabello lograron recuperarlo tras recibir cinco inyecciones que bloquean el componente de los nervios, afirmaron expertos. El hallazgo inesperado abriría puertas para el tratamiento en humanos.

El hallazgo de la recuperación del cabello en ratas fue sorpresivo para los investigadores, que estudiaban los efectos del estrés en los intestinos

Investigadores estadounidenses que estudiaban los efectos del estrés sobre los intestinos hallaron inesperadamente un compuesto químico que estimula el crecimiento capilar.

Mediante el bloqueo de una hormona ligada al estrés y a la pérdida del cabello, expertos lograron que en un grupo de roedores genéticamente manipulados para generar demasiada cantidad de esa hormona se regenere el cabello perdido, informó un equipo en la edición en internet de la revista PLoS One.

«Casi el 100% de los ratones respondieron. El pelo creció nuevamente por completo. Es un efecto muy drástico», indicó Million Mulugeta, de la University of California en Los Angeles, quien trabajó en el estudio.

Mulugeta añadió que los resultados podrían abrir nuevas áreas de exploración sobre la pérdida de cabello en los seres humanos, especialmente en aquellas personas en las que ese trastorno está relacionado con el estrés y el envejecimiento.

El equipo, que incluyó a expertos de la Administración de Veteranos y el Instituto de Estudios Biológicos Salk en California, estaba realizando experimentos con ratones que habían sido genéticamente alterados para producir una cantidad excesiva de la hormona ligada al estrés llamada factor liberador de corticotropina (CRF por su sigla en inglés).

A medida que estos ratones crónicamente estresados crecían, su cabello se ponía gris y finalmente se caía. Mulugeta comparó el efecto con el que se observa al ver envejecer a un presidente estadounidense tras el curso de dos mandatos de cuatro años en la Casa Blanca.

El equipo inyectó en los roedores el compuesto químico para bloquear el estrés llamado «astressin-B», que detiene la acción del CRF. Los ratones recibieron diariamente una inyección por cinco días, luego el equipo midió los efectos del fármaco sobre su colon y los volvió a colocar en sus jaulas.

«Cuando regresamos tres meses después, su cabello había vuelto a crecer por completo. No podía distinguírselos de sus pares que no habían sido genéticamente modificados», explicó Mulugeta. «Fue totalmente inesperado», añadió.

El efecto permaneció por cuatro meses, un tiempo relativamente prolongado en la vida de un ratón, indicó el autor. Estudios de seguimiento confirmaron los hallazgos.

El equipo también evaluó el compuesto en ratones modificados más jóvenes que aun no habían perdido su pelo y halló que el astressin-B evitaba que se quedaran pelados.

 

«No sólo restaura el cabello, sino que además previene su pérdida», señaló Mulugeta.
Hasta el momento, el compuesto sólo fue probado en ratones genéticamente modificados para portar una cantidad excesiva de la hormona del estrés y no se sabe si tendrá algún efecto sobre los seres humanos.

No obstante, Mulugeta dijo que es posible que este mismo proceso se replique en las personas, que también tienen receptores del CRF en la piel.

Dado que los tratamientos actuales para la pérdida del cabello ofrecen resultados modestos y a corto plazo, Mulugeta consideró que esta investigación debería profundizarse.

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