La Argentina participó en los últimos 10 años de la investigación de 180 medicamentos que hoy en día están disponibles en el mercado farmacéutico.Las principales áreas terapéuticas sobre las que más se trabajó en ese período fueron oncología, afecciones cardiovasculares, enfermedades infecciosas (como hepatitis y VIH), neurología/psiquiatría y diabetes.
Así lo señalaron especialistas, médicos e investigadores en el marco de la Semana de Investigación de Farmacología Clínica en la Argentina, organizada por la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEMe), desarrollada en esta capital.
Según subrayaron los expertos, la investigación clínica «representa una oportunidad para todos los actores, estatales y privados, porque genera transferencia de tecnología, inversión, exportación de servicios, capacitación de profesionales y, por sobre todo, beneficios para los pacientes, que pueden acceder a tratamientos de última generación».
En el caso de la Argentina, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) es la agencia estatal encargada de controlar la realización de los ensayos clínicos locales.
«La ANMAT es un órgano fiscalizador más que normatizador, y eso permitió incrementar la calidad de las investigaciones que se realizan en el país y por ende su cantidad. Asimismo determinó que el nivel académico de nuestro país en este campo se eleve notablemente, siendo el primer país en Latinoamérica en que se desarrollen maestrías dedicadas específicamente a este tema», explicó el especialista Ezequiel Klimovsky, Secretario de la Fundación Ética y Calidad en Investigación Clínica en Latinoamérica (FECICLA).
Por su parte, el presidente de CAEMe, Ernesto Felicio, subrayó el crecimiento evidenciado en los últimos años en la inversión que llega a la Argentina para el desarrollo de investigaciones clínicas y farmacológicas, y sostuvo que «el reconocimiento a nuestros investigadores es muy grande».
Según datos dados a conocer en este encuentro, sólo en 2010, casi 30.000 pacientes participaron de distintos estudios clínicos en la Argentina. Al respecto, Klimovsky remarcó que «sin investigación científica en medicina no tendríamos nuevos métodos diagnósticos y terapéuticos, y cada paciente sería un nuevo caso de prueba y error”
Agregó que “los resultados de los avances en la investigación médica de nuevos métodos son la disminución de la mortalidad por muchas enfermedades y el aumento de la expectativa de vida».
«En nuestro país, a nivel nacional, las buenas políticas implementadas en el último año por el Ministerio de Salud de la Nación, el Ministerio de Ciencia y Técnica y la ANMAT auguran también una etapa de crecimiento, pero la promulgación de una Ley Nacional de Investigación que sea aplicable a todas las provincias sería un avance que esperamos poder resolver en los próximos años», aseguró Klimovsky.
Por otro lado, los especialistas destacaron que la vinculación entre los científicos y la industria farmacéutica creció en los últimos años en el país, permitiendo un mayor desarrollo de nuevos medicamentos basados en tecnología de última generación.
Según remarcaron, «distintas iniciativas del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva han contribuido a dar transparencia al intercambio de conocimientos entre los diferentes actores vinculados a la investigación en salud».
«Se está percibiendo que esta política marca un antes y un después en todo lo que tiene que ver con la vinculación entre el ámbito académico y la industria. La vocación del Ministerio por promover la innovación productiva es el motor de este cambio», sostuvo Osvaldo Podhajcer, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y Director del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular de la Fundación Instituto Leloir.
Podhajcer agregó que «también existe una decisión por parte de la industria local de acercarse al ámbito académico, interiorizarse de los avances y asociarse a grupos que hacen investigación de punta».