Bajo el lema “El mundo tiene sed porque tenemos hambre”, el 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua, una jornada establecida por las Naciones Unidas y que, desde 1993, busca llamar la atención sobre la importancia del agua dulce y abogar por el uso sustentable de este recurso.
En esta ocasión las actividades realizadas apuntan a crear conciencia sobre la enorme cantidad de agua que se consume para producir alimentos. Hoy se necesitan alimentos para 7.000 millones de personas y se prevé que habrá otros 2.000 millones para el año 2050. ?Las estadísticas indican que todas las personas beben de dos a cuatro litros de agua a diario. Sin embargo, la mayor parte del agua consumida está asociada a los alimentos: producir un kilo de carne vacuna, por ejemplo, consume 15 mil litros de agua y un kilo de trigo “se bebe” 1.500 litros.
Según declara la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ente coordinador del evento en 2012, cuando mil millones de personas en el mundo ya viven en condiciones de hambre crónica y los recursos hídricos sufren presiones, no se puede hacer como si el problema estuviera en otra parte. Y advierten que ?afrontar el crecimiento de la población y garantizar el acceso universal a alimentos nutritivos exige una serie de medidas a las que todas las personas pueden contribuir. Entre ellas se incluyen: consumir productos que hagan un uso menos intensivo de agua; reducir el escandaloso desperdicio de alimentos –nunca se consume el 30% de lo elaborado en todo el mundo y el agua utilizada para ello se pierde definitivamente–; producir comida de mejor calidad y con menos agua; y llevar una alimentación saludable.
Asimismo, destacan que en todas las etapas de la cadena de suministro, desde los productores hasta los consumidores, es posible tomar medidas para ahorrar agua y asegurar que haya alimentos para todos.