Un joven de 19 años autorizó a los médicos a que le aplicaran una transfusión de sangre en un hospital de la ciudad neuquina de Centenario, después de ser atropellado por dos vehículos en forma consecutiva, y de esa manera contradijo a su madre, quien se oponía a esa práctica por cuestiones religiosas.
El muchacho, de nombre Matías, fue arrollado el jueves pasado por un auto que no se detuvo sobre la ruta 7 y cuando intentaba correr hacia la banquina, después de ser esquivado por tres rodados, volvió a ser atropellado por una camioneta, cuyo conductor también siguió su camino sin detenerse.
En el momento de intentar escapar de la ruta, el joven sólo podía utilizar las manos, porque sus piernas se encontraban inmovilizadas. Fue encontrado consciente por la Policía local y trasladado al Policínico de Centenario, según la información difundida por el diario Río Negro.
Los médicos del centro asistencial informaron a la familia de Matías que necesitaban practicarle en forma urgente una operación para lo que se requería que recibiera una transfusión de sangre, a lo que la madre del chico se opuso al aducir razones religiosas. Al enterarse de lo ocurrido, el joven, que se mantenía consciente, decidió contradecir a su progenitora y autorizar la práctica médica.
En los últimos meses, la contradicción entre este procedimiento y la fe religiosa, en especial la del culto de los Testigos de Jehová, tuvo la atención mediática, sobre todo por el caso de Pablo Albarracini, internado en grave estado luego de haber sido baleado durante un asalto.
Albarracini, por ser testigo de Jehová practicante, firmó un documento en el que afirma su voluntad de no recibir transfusiones y cayó gravemente enfermo.
Mientras se encontraba internado en estado inconsciente, el padre de Albarracini interpuso un recurso judicial que llegó a la Corte Suprema de la Nación, donde se desestimó y se ponderó la voluntad del paciente, que es avalada por su esposa.
A principios de este mes se conoció el caso de Iris Fracalossi, una mujer de 35 años que murió de neumonía luego de 15 días de internación en una clínica de Coronda, Entre Ríos, tras haberse negado a recibir una transfusión que pudo haberle salvado la vida, por sus convicciones religiosas.