Las recientes propuestas de despenalización del cannabis y del mascado de hoja de coca formuladas por países latinoamericanos son vistas con preocupación y rechazo por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefaciente (JIFE), según se recoge en un informe presentado hoy en Viena.
En su análisis anual sobre la lucha contra el narcotráfico correspondiente a 2012, este órgano del sistema de Naciones Unidas menciona tanto las sugerencias sobre el cannabis realizadas por países centroamericanos como el proyecto de ley debatido en Uruguay y la legalización del mascado de coca en Bolivia.
En el capítulo dedicado a América Central y el Caribe, la JIFE advierte de que sigue con preocupación «el llamamiento hecho en altas instancias en favor de la legalización de drogas ilícitas, basado en la presunción de que la despenalización del tráfico reduciría la violencia conexa».
El reporte sí señala claramente al Gobierno de Uruguay por su decisión de someter a debate parlamentario que el Estado regule la comercialización de cannabis. «En caso de aprobarse, la ley estaría infringiendo los tratados de fiscalización internacional de drogas en los que el Uruguay es parte», especifica el documento de la JIFE.
Esta oficina también critica la decisión de Bolivia de abandonar la Convención Antidroga de la ONU para retornar con una reserva que excluye el mascado de hoja de coca de las actividades prohibidas.
Respecto a la producción de drogas, la cocaína sigue siendo el principal problema en Latinoamérica. El informe indica que en 2011 la superficie total cultivada en Sudamérica fue de 153.700 hectáreas, una leve disminución respecto a las 154.200 registradas en 2010.
El tráfico de esta droga hacia los mercados del norte del continente, principalmente de Estados Unidos, sigue creando graves problemas de seguridad en México y en la región centroamericana, donde está aumentando el poder de las bandas de narcotraficantes.
En relación al consumo, la JIFE advierte de que el uso de la cocaína ya no es un fenómeno que afecte solo a los países del norte y algunos del Cono Sur del continente, sino que se ha extendido a toda América Latina y el Caribe.
Así, la Junta menciona datos del periodo 2002-2009 que hablan de que el 27% de los consumidores de cocaína del hemisferio se encontraban en Sudamérica y se calcula que la prevalencia en esta región se mantuvo en 2010 en torno al 0,7% de la población.
“Estimulantes legales”, una preocupación creciente
Mientras que el consumo de las drogas tradicionales se estabiliza o desciende, la ONU alerta de un auge «sin precedentes» de los «estimulantes legales» que tienen efectos parecidos al cannabis, el éxtasis y las anfetaminas y suponen un gran peligro para la salud pública.
Estas sustancias, que se pueden comprar en internet o en establecimientos legales, camuflados como «fertilizantes» o «sales de baño», suponen un desafío creciente para las autoridades, destaca el informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
Ese tipo de nuevas drogas, también conocidas con el nombre de «sucedáneos» o «estimulantes naturales», son muy difíciles de rastrear ya que no utilizan componentes ilegales, aunque su composición es muy dañina para la salud y pueden llegar a matar.
«El número total de sustancias psicoactivas nuevas que circulan en el mercado se ha calculado en alrededor de varios miles, lo que constituye un grave problema para los sistemas de salud pública», destaca la JIFE, que reconoce que es imposible saber su número exacto.
Esta proliferación ha supuesto un «aumento sin precedentes de los ingresos a los servicios de urgencias y de las llamadas telefónicas a los institutos de toxicología».
El documento asegura que a principios de la pasada década en Europa se identificaban unas cinco sustancias sintéticas nuevas por año, mientras que en 2011 se detectaron 49 nuevos estimulantes. Los estimulantes de este tipo más comunes son los cannabinoides sintéticos, las catinonas sintéticas, la piperazina y la fenetilamina.
A su vez, la JIFE alertó del incremento del uso indebido de medicamentos con receta, especialmente tranquilizantes y sedantes. Como ejemplo, destaca que en EEUU desde 2003 las muertes por sobredosis causadas por opioides con receta exceden a las «imputables a la cocaína y la heroína combinadas».
Según la ONU, el abuso de medicamentos con receta es un fenómeno que se expande por todos los continentes y puede agravar el riesgo de expansión de algunas enfermedades como el VIH, y la hepatitis B y C.
El grave riesgo de nuevas drogas sintéticas
La multiplicación de estas sustancias supone «un riesgo grave para la salud pública», advirtió een su informe anual para 2012 el Órgano Internacional de Control de Estupefacientes (OICS).
«Estos últimos años ha habido un aumento sin precedentes del abuso de nuevas sustancias psicoactivas», a menudo llamadas «drogas sintéticas», «euforizantes legales» o «euforizantes vegetales», explicó este martes el OICS, una agencia de la ONU con sede en Viena.
Los expertos calculan que «el número total de esas sustancias en el mercado es del orden de varios miles».
Dichas sustancias no están bajo control internacional, pese a que tienen los mismos efectos psicoactivos que las drogas controladas, incide el OICS.