El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) desarrolla dispositivos y elementos para las personas con discapacidad que no existen en el mercado nacional o que tienen precios elevados. Gracias a convenios con escuelas técnicas, centros de formación profesional y las provincias, estos objetos junto a la capacitación técnica llegan a la comunidad a un costo reducido. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) valoró esta iniciativa que permite que un mayor número de personas accedan a tecnologías que pueden mejorar su calidad de vida.
Más de mil millones de personas, o sea, un 15% de la población mundial, padece alguna forma de discapacidad. Las tasas están aumentando a causa del envejecimiento de la población y el aumento de las enfermedades crónicas, entre otras causas. En este marco, la OPS promueve la inclusión como un componente de las políticas y programas nacionales de salud y apoya la difusión de buenas prácticas de los Estados Miembro en esta área.
Los ingenieros, diseñadores industriales y técnicos del INTI, desarrollaron desde abrochadores de botones, apoya bastones y calzadores de medias, hasta un cartel oftalmológico simplificado que se puede bajar e imprimir con cualquier computadora. También elaboraron un sistema de plantillas con realce móvil para evitar las caídas por falta de equilibrio y un protector de cadera. Además, se promueve el desarrollo conjunto con empresas como en el caso de un audiómetro de barrido transportable que puede ser utilizado en las escuelas para la detección temprana de problemas auditivos de los alumnos y su referencia oportuna al especialista.
«La idea es responder a las necesidades de adultos mayores o personas con discapacidad y llevarles una solución», indicó el ingeniero Rafael Kohanoff, director del Centro de Asistencia Tecnológica para la Discapacidad del INTI.
Desde el instituto se desarrollaron los manuales y planos para que los dispositivos puedan ser elaborados en establecimientos académicos u organizaciones tanto del país como del exterior. De hecho, se firmó un acuerdo con el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) para asistir a las escuelas técnicas en la fabricación de estos elementos en función de las necesidades de la comunidad donde esté asentado el colegio.
«Con 1.500 escuelas técnicas y mil de formación profesional distribuidas en todo el país, con talento y capacidad de sus alumnos se puede ayudar a quienes lo necesiten. Más de 350 escuelas técnicas ya han construido diferentes tipos de ayudas técnicas», detalló el ingeniero a cargo del Centro. Desde el INTI también conectaron a esas instituciones con escuelas de educación especial de la misma zona para que puedan responder a los requerimientos.
Dentro de los manuales y planos para los niños con parálisis cerebral, se fabricó un equipo bipedestador para que los pequeños se mantengan parados, y una silla postural que ayuda a mantener a la columna vertebral alineada. Para la discapacidad auditiva también desarrollaron un económico aro magnético que profesores y alumnos de 230 escuelas de 80 municipios aprendieron a construir en un día para colocarlos al día siguiente.
En tanto, el cartel oftalmológico que desarrollaron en el instituto para la detección de problemas de la visión y prevención de la ceguera también podría ser utilizado en un futuro cercano a través de los teléfonos celulares para hacer una suerte de chequeo antes de ir al oculista. Los expertos del INTI trabajan además en el desarrollo de un lector de billetes para personas de baja visión y en un amplificador auditivo que permite ampliar la señal del audífono en un lugar público, con la sola ayuda del celular.
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