Un comunicado del ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires destaca que a pesar de que el asma es una enfermedad controlable, con tratamientos de poder y de rescate, se cobra por año la vida de 700 argentinos. A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió que el 70% de las internaciones por la afección podrían impedirse con un tratamiento correcto y que el 90% de las muertes se produce por causas evitables.
Por ese motivo, el ministerio difundió las siguientes recomendaciones:
• Aplicarse la vacuna monovalente, que protege contra la gripe A H1N1, ya que el grupo de los asmáticos fue uno de los más afectados durante la pandemia del pasado año.
• Procurar reconocer los agentes o circunstancias que desencadenan las crisis: el ejercicio, el aire frío, problemas emocionales, irritantes químicos, alergenos o ciertos remedios.
• Reducir la exposición a los alergenos controlando el medio ambiente: ventilar las casas, evitar la humedad, la presencia de irritantes como perfumes, aerosoles, desodorantes, talcos, insecticidas, espirales y sahumerios. No utilizar alfombras.
• Las colchas, cortinas y frazadas no deben soltar pelusas. Es preferible elegir telas de origen sintético fácilmente lavables.
• Conviene evitar escobas, escobillones y plumeros que levanten polvillo. Si es posible utilizar aspiradoras, y si no, trapos húmedos.
• Braseros, hogares y salamandras se desaconsejan como medio de calefacción. El humo del carbón o leña son irritantes importantes de las vías aéreas y desencadenantes de crisis.
• Algunos remedios como la aspirina, los antiinflamatorios y los betabloqueantes pueden agravar o desencadenar el asma.
• Evitar los juguetes de peluches y los que están rellenos con mijo o alpiste. El colchón y la almohada deben cubrirse con tela de avión.
• El humo del cigarrillo es el principal contaminante ambiental.