Casi el 10% de las personas menores de 21 años admite que ha perpetrado alguna forma de violencia sexual durante su vida, y quienes lo han hecho dan cuenta de más exposición a materiales pornográficos, según un estudio que publica hoy la revista JAMA Pediatrics.
La publicación, que depende de la Asociación Médica Estadounidense, señaló que la violencia sexual es un problema de salud que deja más de un millón de víctimas cada año y costos de 127.000 millones de dólares.
Michele Ybarra, del Centro para Investigación Innovadora de Salud Pública en San Clemente (California), y Kimberly Mitchell, psicóloga de la Universidad de New Hampshire, en Durham, analizaron los datos de 1.058 jóvenes con edades entre 14 y 21 años para calcular la incidencia de la violencia sexual perpetrada.
El 9% de los jóvenes en ese contingente dijo haber perpetrado algún tipo de violencia sexual: el 8% con besos, manoseos o haciendo que otro individuo hiciera algo sexual a sabiendas de que esa persona no quería hacerlo.
Un 3% indicó que había incurrido en coerción para tener contacto sexual, el 3% intentó pero no logró forzar a alguien para tener sexo, y el 2% dio cuenta de haber completado la violación.
La edad más común de los perpetradores de violencia sexual fue 16 años y los varones fueron mucho más propensos a tener su primer episodio antes de los 15 años de edad.
Asimismo, los perpetradores de violencia sexual fueron más propensos a la exposición de medios que presentaban situaciones sexuales y violentas.
En su mayoría, los jóvenes que trataron de forzar sexualmente a alguien dijeron que habían usado tácticas coercitivas, como la discusión, el enojo, o hicieron que la otra persona se sintiera culpable, más comúnmente mediante amenazas o fuerza física.
La mayoría de las víctimas tenía una relación romántica con los perpetradores y el 50% de estos dijo que la víctima era responsable de la violencia sexual.
Como la mayoría de los responsables de la violencia señaló que nadie se había enterado de los incidentes, el contacto con el sistema judicial fue escaso.
«Es cierto que los vínculos entre las presentaciones de violencia sexual en los medios y la acción en sí son aparentes, y eso indica la necesidad de vigilar el consumo de este material por parte de los adolescentes, en particular dada la saturación de medios en la población adolescente actual», apuntó el artículo.