Una mujer que cuando tenía 14 años descubrió que había nacido sin vagina fue operada en un hospital público bonaerense, con una técnica novedosa y menos invasiva que la tradicional.
La paciente fue intervenida en el hospital provincial Eva Perón de San Martín, diez años después de su primer control ginecológico, al que asistió preocupada porque a esa edad sus amigas ya menstruaban y ella no.
La intervención quirúrgica se realizó en 2012 y acaba de ser publicada, junto con otros dos casos, por la prestigiosa revista Aesthetic Plastic Surgery de la ISAPS, que destacó la novedad del procedimiento.
La operación fue encabezada por el cirujano plástico Héctor Lanza, junto con un equipo de médicos y residentes en cirugía plástica reconstructiva del hospital Eva Perón, quienes pusieron en práctica una técnica que hasta el momento no se había implementado en el país.
«La vaginoplastia se realizó con colgajos de la cara interna del muslo, lo que permitió no tener que abrir a la paciente en el abdomen y utilizar una porción de colon para concretar la operación, como se realiza de manera convencional», explicó Lanza, jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva.
En este caso, la reconstrucción vaginal que los especialistas denominan «con colgajos fasciocutáneos vulvoperineales», permitió la creación de «una neovagina sensible, con un ángulo de inclinación fisiológico y natural, y un eje anatómico correcto para la relación sexual, que se realiza en un solo tiempo quirúrgico y con mínima morbilidad para la paciente», explicaron los médicos en el artículo.
La joven, quien pidió mantener en reserva su nombre, sufre el síndrome de Mayer-Rokitansky, un extraño mal que afecta a una de cada cinco mil mujeres.
Antes de concretar la intervención, los médicos la sometieron a una serie de estudios hormonales y ecográficos, así como también a una resonancia magnética, para comprobar la existencia o no de los genitales internos.
«En el caso de esta paciente, evidenciamos que carecía de útero, o mejor dicho, tenía lo que nosotros denominamos útero infantil, ya que medía tan sólo un centímetro», explicó Lanza.
No obstante, los ovarios de la mujer se desarrollaron de manera normal con producción de óvulos, aunque no puede menstruar.
Como las hormonas femeninas y los caracteres sexuales secundarios también son normales, si no fuera por la ausencia del útero y de vagina, la mujer podría quedar embarazada sin problemas.
Pero al no ser esto posible por la carencia del órgano fundamental para la gestación del bebé, la joven actualmente planea iniciar los trámites de adopción y no posterga sus deseos de ser madre.