El consumo de alimentos poco saludables, como carnes procesadas y bebidas azucaradas, superó en las últimas dos décadas al consumo de productos saludables, como frutas y verduras, en la mayoría de lugares del mundo, según un informe publicado este jueves por la revista británica The Lancet Global Health.
Un equipo internacional de investigadores, dirigido por Fumiaki Imamura, de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, realizó un estudio para evaluar la calidad de la dieta en 187 países, cuya población suma casi 4.500 millones de adultos.
Los autores de la investigación advierten de que el estudio presenta un «panorama preocupante» por el aumento de los hábitos alimenticios poco saludables y aseguran que es «necesaria una acción conjunta para revertir esta tendencia».
Las personas que viven en algunas de las regiones más ricas del mundo, como EEUU, Canadá y Australia, siguen las dietas más pobres en calidad debido a su alto consumo de alimentos poco saludables.
Aun así, el estudio revela que, entre los años 1990 y 2010, mejoró algo la calidad de la dieta en los países más ricos, con una modesta reducción del consumo de alimentos poco saludables y un aumento del consumo de productos saludables.
En contraste, algunos países del África subsahariana y de Asia, como China e India, no mostraron ninguna mejora en la calidad de su dieta en los últimos veinte años.
El grupo de investigadores analizó los datos sobre el consumo de 17 alimentos y los nutrientes clave que se relacionan con la obesidad y las principales enfermedades no transmisibles, como la diabetes y las patologías cardiovasculares, así como los cambios en la dieta de la gente durante esas dos décadas.
El estudio observa que países con poca riqueza como Mali, así como regiones del Mediterráneo como Turquía y Grecia, consumen más alimentos saludables, «posiblemente reflejando aspectos favorables de la dieta mediterránea», subraya el informe.
Por el contrario, algunos países del centro de Europa y las repúblicas de la antigua Unión Soviética, como Uzbekistán o Turkmenistán, ingieren menos comida sana.
El estudio mostró que, en general, las personas mayores y las mujeres siguen mejores dietas, con alimentos más saludables.
«Para el año 2020, las proyecciones indican que las enfermedades no contagiosas representarán el 75 % de todas las muertes. Por lo que mejorar la dieta tiene un papel crucial en la reducción de este porcentaje», señaló Imamura en el trabajo.
Además, añadió que los resultados de este estudio tienen implicaciones para los gobiernos y organismos internacionales en todo el mundo.
“Estas tendencias indican la necesidad de comprender diferentes causas que llevan a esta situación, como las prácticas de la industria agrícola y alimentaria, así como la política sanitaria», indicó.
Según los autores de la investigación, las acciones políticas «son esenciales» para ayudar a las personas a lograr seguir una dieta óptima, controlar la epidemia de obesidad y reducir las enfermedades no transmisibles en todo el mundo.